Los almanaques Bristol son una tradición entre los quiteños para el año nuevo. Foto: Valeria Heredia/EL COMERCIO
Las fechas eclesiásticas, los eclipses y las estaciones son algunos de los temas que se abordan en el Almanaque Pintoresco de Bristol. La tradición de comprarlo se mantiene en el Distrito cada fin de año. Las personas adquieren este libro de tapa anaranjada con el objetivo de estar informados sobre los acontecimientos que se registrarán este 2016.
En el Centro Histórico de Quito, en los diferentes puestos que se colocan en las calles Sucre y García Moreno, ya se comercializa el almanaque. Se ha vendido un promedio de 30 libros por cada puesto, la mañana de este miércoles 30 de diciembre de 2015.
Gloria Paredes, trabajadora autónoma, aseguró que lo que más les llama la atención a los compradores es que, por ejemplo, se enteran el santo rector del día de su cumpleaños. “Les gusta conocer más sobre el día de sus cumpleaños, los eclipses y demás”.
Además señaló que el libro tiene fechas especiales como el Carnaval, la Semana Santa… Es decir, sirve para saber la fecha exacta. José Pila, comerciante que distribuye el almanaque, relató que la mayor cantidad de personas que lo adquieren son adultos mayores.
“Esta tradición está más arraigada en personas que tienen al menos 50 años. Le siguen los hijos que buscan mantener esta tradición”, expresó. También indicó que una de las situaciones negativas es que hay personas que reproducen el almanaque y lo venden a menor precio.
El almanaque se lo puede encontrar incluso, en los puestos de venta de dulces. Inés Salazar pidió alrededor de 60 almanaques. Lo hizo porque la tradición entre los quiteños sigue, señaló. “Desde el mes anterior se empezó con la comercialización y la demanda ha crecido. En enero, también, se los venderá”. El libro se comercializa a un costo de USD 1.