El tiburón ballena, otro termómetro para evaluar El Niño en Galápagos

El pez más grande del mundo se puede observar en la isla Darwin, al norte del archipiélago. Foto: Flickr/ Parque Nacional Galápagos

El pez más grande del mundo se puede observar en la isla Darwin, al norte del archipiélago. Foto: Flickr/ Parque Nacional Galápagos

El pez más grande del mundo se puede observar en la isla Darwin, al norte del archipiélago. Foto: Flickr/ Parque Nacional Galápagos.

El Rhincodon typus, más conocido como tiburón ballena, dará pistas del posible impacto del fenómeno de El Niño en el archipiélago de Galápagos. El cambio de la temperatura del mar, una de las principales características de este evento climatológico, se incluirá en un proyecto de investigación sobre el comportamiento de esta especie dentro de la Reserva Marina.

Así lo informó la Dirección del Parque Nacional Galápagos (DPNG), en un comunicado.El calentamiento de las aguas disminuye la producción de nutrientes, al desplazar corrientes frías como la Cromwell. Esto representa una reducción de alimento para especies como iguanas, aves marinas y otras.

El pez más grande del mundo se puede observar en la isla Darwin, al norte del archipiélago. Una de las temporadas de avistamiento es entre septiembre y noviembre, la fase caliente en la que se reduce el número de individuos. En esta época optan por avanzar hacia aguas productivas, fuera de la plataforma continental del sur de Ecuador y norte de Perú.

“Con ayuda del marcaje, este año se esperan nuevos insumos relacionados con el paso de los tiburones ballena por el archipiélago durante el desarrollo de los cambios de la temperatura del mar, por efectos del fenómeno climático El Niño”, cita el comunicado.

Hace cuatro años, científicos internacionales y técnicos de la DPNG comenzaron un proyecto de monitoreo satelital por marcaje de estos gigantes de más de 15 metros de longitud. El sistema de información ambiental del Parque tiene datos de rastreo de 30 individuos, “en su mayoría identificadas como hembras de gran tamaño con los abdómenes distendidos, lo que sugiere que están preñadas”.

Este año se incluyó la colocación de marcas que contienen cámaras de video para captar su desplazamiento submarino. Y otras tecnologías como marcas de larga duración, dispositivos de 20 centímetros de longitud, que permitirán monitorear a cuatro hembras durante ocho meses.

Estos datos ayudarán a despejar la hipótesis de una posible relación entre los movimientos de la especie y las zonas de alumbramiento. A diferencia de otros sitios del mundo, en Darwin no se observa a los tiburones ballenas alimentándose, como indica el reporte de la DPNG.

La Fundación Megafauna Marina desarrolla varios estudios sobre esta especie altamente migratoria y amenazada en el mundo. La pesca selectiva ha diezmado sus poblaciones y esta es una de las causas por las que fue ubicada en la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y en los apéndices de conservación de la Convención de las Especies Migratorias.

Megafauna Marina ha aportado a la identificación de individuos a través de registros fotográficos. Cada tiburón posee una ‘huella digital’, distintas de manchas en su flanco, un rasgo que se sube a un sistema de identificación individual interactivo, un software libre, disponible en línea. Hasta ahora, más de 630 han identificados. Las mayores poblaciones se ubican en el sur de Mozambique.

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