El equipo está integrado por un grupo multidisciplinario de biólogos, biotecnólogos y médicos de la USFQ. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO
Retrasar los efectos del envejecimiento ha sido uno de los objetivos de la ciencia médica. Ramas como la medicina, la genética y la biología buscan responder a preguntas como por qué al pasar los años aparecen enfermedades degenerativas y crónicas con mayor frecuencia.
Científicos y estudiantes de la Escuela de Medicina de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ) centraron su atención en los mecanismos mitocondriales que influyen en el envejecimiento.
El grupo de estudio lo encabeza Andrés Caicedo, profesor investigador en la Escuela de Medicina de la USFQ, especialista en biomedicina y medicina regenerativa.
Caicedo destaca que su grupo es pionero en Latinoamérica en la aplicación de terapia mitocondrial y por eso pueden dar un siguiente paso e indagar en las razones de la pérdida de energía de las mitocondrias, como razón del envejecimiento y algunas enfermedades.
De hecho, solo en Chile se habían logrado algunos avances, en la Universidad de Los Andes, en Santiago. Ellos han progresado en el desarrollo de la inmunorregulación, que es el hecho de trasplantar mitocondrias a células del sistema inmunitario para inducir la regeneración celular.
Pero ante los logros del grupo de la USFQ, los chilenos han decidido sumarse y trabajar conjuntamente con los ecuatorianos en la detección de las mutaciones de los genes mitocondriales y su relación con el envejecimiento.
En países como EE.UU. y Alemania se había hecho una aproximación a las mitocondrias con fines regenerativos, pero no la han profundizado.
Caicedo dice que todos envejecemos, el problema es que nuestras propias células pueden, en ese proceso, promover el desarrollo de enfermedades crónicas y degenerativas como hipertensión, artritis…
Los estudiosos hallaron que un gen de las mitocondrias podría estar relacionado con el mantenimiento de la salud y la longevidad. La mitocondria es un organelo de la célula, se encarga de que se procesen las grasas y carbohidratos para convertir esos componentes en energía, dice Verónica Castañeda, ingeniera en procesos biotecnológicos, experta en bioinformática y cultivo celular, e integrante del equipo de investigadores. Resume que las mitocondrias son la planta de energía del organismo.
Para disminuir la probabilidad de padecer enfermedades crónicas y degenerativas es importante mantener un buen nivel de energía celular.
El proyecto pionero en Latinoamérica busca modificaciones en el ADN mitocondrial.
El objetivo principal fue ubicar las variantes genéticas que ayudan a las mitocondrias a mantener una generación de energía adecuada. Al hacerlo se pueden distinguir las que funcionan mejor y trasplantarlas a los tejidos dañados por el tiempo. De esta manera, se logra rejuvenecer su función, devolviéndoles propiedades.
El equipo encontró que hay poblaciones humanas en China, Japón y Turquía que tienen más longevidad. Esas personas poseen variantes de los genes mitocondriales. Los investigadores de la USFQ identificaron un gen que se repite en los integrantes de esos grupos.
Este tiene ocho variantes. Entonces, se decidió centrar la investigación en cuál de esas modificaciones permite retrasar el envejecimiento.
Se determinó que tres de las ocho posibilidades genéticas pueden interactuar de manera beneficiosa con las proteínas mitocondriales a su alrededor.
El trabajo desarrollado por el equipo de investigadores de la USFQ fue aceptado para su presentación en el Congreso de la Sociedad Internacional para la Terapia Celular Regenerativa que será en Nueva Orleans, EE.UU., desde el 20 de mayo del 2021. Se trata de uno de los eventos científicos de medicina regenerativa más importantes del mundo.
Otra integrante del grupo, Ivonne Salinas detalla que las variantes del gen analizado interactúan específicamente con el metabolismo y el aparecimiento de enfermedades degenerativas y crónicas. Esto es especialmente importante en Ecuador por la prevalencia de patologías como obesidad y ateroesclerosis.
Caicedo recuerda que hace 10 años sonaba a ciencia ficción trasplantar mitocondrias a los tejidos. Al momento ya se aplica esta terapia en la propia USFQ, a pacientes veterinarios, para ayudarles a sanar sus diferentes heridas.