El brasileño Eric Jouti fija su mirada en la pelota, en el partido que jugó contra el alemán Ruwen Filus, en Halmstad, en los cuartos de final del Mundial de Tenis de Mesa. Foto: Christian Bruna/ EFE
El Mundial de Tenis de Mesa, en Halmstad (Suecia), jugado hace dos semanas, tuvo sorpresas y gestos políticos. Dio ejemplos de unión mundial y también ratificó la supremacía china en esta disciplina deportiva, tanto en varones como en mujeres.
El fotógrafo austríaco Christian Bruna (31 años), de la agencia española EFE, recogió imágenes en el Mundial, donde demuestra la concentración y destrezas de los microtenistas en cada una de sus jugadas. Bruna, que también ha laborado para otras agencias de prensa internacionales y cubierto el Irán Talks, el Vienna Opera Ball, los mundiales de Esquí Alpino, Hockey sobre hielo, finales de Champions League, entre otros eventos, suele hacer retratos de las emociones que reflejan los deportistas en sus distintos juegos.
El Mundial de Halmstad reunió más de 200 microtenistas de todos los continentes. El torneo, sin embargo, será recordado principalmente por la espontánea fusión de los combinados femeninos de Corea del Sur y del Norte en mitad de la competición. Poco antes del duelo que iban a disputar entre sí en cuartos de final, los equipos decidieron unificarse, en un gesto político que contó con el visto bueno de la Federación Internacional de Tenis de Mesa. Las coreanas perdieron luego, en semifinales con Japón, pero tanto las del Sur como las del Norte recibieron la medalla de bronce.
Ruwen Filus, de Alemania, jugó la final contra China. Quedó vicecampeón. Foto: Christian Bruna/ EFE
Miu Hirano, de Japón, mira la pelota en el juego contra Amelie Solja, de Austria. Foto: Christian Bruna/ EFE
Mima Ito, de Japón, se enfrentó a la ucraniana Ganna Gaponova, en el Mundial. Foto: Christian Bruna/ EFE