Cuando en 1997, la computadora Deep Blue ganó al ajedrecista Gary Kasparov, había motivos para pensar que estaba próximo el día en que las máquinas superarían al ser humano.
Pero no fue suficiente que Deep Blue ganara a Kasparov para convertirse en un ejemplo de máquina inteligente.
Si bien resuelve un problema concreto, no es capaz de diferenciar a un ser humano de otro.
Ese es el desafío para quienes investigan en el terreno de la inteligencia artificial. Hoy se habla de la Web 4,0, como la evolución de la actual Web hacia una herramienta más inteligente.
El matemático Vernor Vinge advirtió que la inteligencia artificial alcanzará el grado de desarrollo de la inteligencia humana. ¿Qué riesgos y oportunidades identifica si es que se materializa este pronóstico?
Vinge, a más de científico, es un brillante escritor de ciencia ficción. Asumiendo que su pronóstico se cumple, me pregunto ¿cómo será una máquina que ha alcanzado el grado de desarrollo de la inteligencia humana? El ser humano con todo el poder de su inteligencia no se caracteriza precisamente por ser el más racional. Basta considerar que el ser humano, sabiendo que algo puede hacer daño a los demás o a sí mismo, es capaz de hacerlo. Tiene tal poder su inteligencia que puede apagar la racionalidad. Aquí radica el riesgo de tener una máquina hecha a imagen y semejanza del humano.
Pero ¿habrá oportunidades? ¿Identifica alguna?
Sí, si fuéramos capaces de utilizar todo este proceso de innovación para mejorar la calidad de vida del planeta y sus habitantes, pero como en el universo nada se crea, nada se destruye, todo se transforma, ¿Cuál será el costo?
¿Es posible que el software, con algoritmos genéticos, diseñado para trabajar con Internet, vincule a varias “inteligencias”?
Lo que usted menciona está en el escenario de la denominada Web 4.0, la Web ubicua, donde el objetivo primordial será el de unir las inteligencias donde tanto las personas como las cosas se comuniquen entre sí para generar la toma de decisiones. Para el 2020 se espera que haya agentes en la Web que conozcan, aprendan y razonen cómo lo hacemos las personas. Estos agentes son diseñados bajo un modelo de racionalidad antes que de inteligencia. Eso significa aplicar un razonamiento lógico.
¿Eso fue lo que aplicó la máquina Deep Blue que ganó a Kasparov?
Deep Blue es un ejemplo de la denominada inteligencia artificial débil, es decir solo es capaz de hacer lo que está específicamente programada.
Hay muchos detractores de la capacidad de una máquina de ser inteligente. Por ejemplo, citan consideraciones matemáticas que indican que hay límites a lo que la lógica de una máquina puede responder. ¿Cuál es su opinión?
Muchos críticos hacen referencia al Teorema de Gödel que expresa el hecho de que siempre habrá una última pregunta que nadie puede responder. Por ejemplo, si hablamos de dotar de conciencia a las máquinas, hay que decir que es un aspecto que aún somos incapaces de describir. Y, lo que no se puede describir, no se puede representar. Cuando se logre romper esta cadena, podría ser posible dotar de conciencia a una máquina.
¿Describir estos aspectos como la conciencia es uno de los caminos para hacer que las máquinas sean más parecidas a los humanos?
El ser humano debe alcanzar la capacidad de describir sus propios procesos abstractos, intelectuales, cognitivos y psíquicos, de la misma forma como ha sido capaz de describir la dinámica de sus movimientos. Por ello la robótica ha alcanzado el grado de desarrollo que tiene actualmente en estos temas.
¿Qué ocurre con los componentes que pueden insertarse en las máquinas para hacerlas más inteligentes?
La base tecnológica de la computación está basada sobre el silicio y los humano tenemos procesadores biológicos basados en carbono, agua y otros elementos . Cuando dispongamos de tecnología basada en ellos, veríamos más cerca ese futuro.