El videojuego incrementa la sensación de felicidad
Cada vez que Esteban Fernández (30 años) mira en su celular a conejos que viajan por los planetas y que montan vacas espaciales, ríe sin parar.
Es su juego favorito: Rabbids BigBang. Lo usa para relajarse los fines de semana. "Después de una semana llena de trabajo y problemas, los videojuegos son mi mecanismo para quitarme el estrés y divertirme".
Daniel Winkler, de la empresa de videojuegos IguanaBee, indica que con estas herramientas de diversión pasa lo mismo que con las películas de humor. Pueden ser utilizados en momentos particulares para bajar la tensión.
En los rankings de videojuegos que provocan más risas está la saga Rayman Rabbids, protagonizada por otro grupo de conejos histéricos y gritones, que hacen locuras de todo tipo. La irreverencia de los desafíos que plantean hace que los usuarios se relajen.
Aunque no es el único tipo de juegos. También están los basados en las series televisivas de humor. Un ejemplo son Los Simpsons. Su último videojuego se llama The Simpsons: Springfield y está disponible para los dispositivos de apple.
Ahí el jugador tiene que construir una ciudad desde cero, pero en un ambiente de sarcasmo y chistes de actualidad.
Además de potenciar la creatividad e incrementar el ingenio, los científicos han comprobado que los videojuegos también generan efectos beneficiosos en la salud.
Por ejemplo, pueden fomentar el ejercicio físico en el estómago, según un estudio de la Escuela Universitaria de Salud Pública y Servicios de Salud George Washington (EE.UU.). Ahí se sugiere que podrían ser una ayuda entre los niños con alto riesgo de engordar.
"Cuando juego la saga de Rayman Rabbids en el Wii trato de moverme para seguir a los conejos que combaten con mutantes", dice Fernández.
Además, un equipo de investigadores de la Universidad de Stanford, en California, ha desarrollado un controlador manual que, mediante la medición de la intensidad de las emociones durante la partida, permite que los videojuegos se adapten al estado de ánimo de los jugadores.
Así, si el jugador se aburre porque el juego le resulta demasiado sencillo, el controlador lo detecta mediante una serie de parámetros medidos a través de las manos, la respiración, temperatura corporal y hasta el ritmo cardíaco.
Esta información se transmite al videojuego y puede aumentar el nivel de dificultad para captar la atención del jugador. "Por lo general, cuando el usuario lo está pasando bien, los ritmos cardíaco y de respiración aumentan", explica Gregory Kovacs, profesor de Ingeniería Eléctrica en Stanford.
Con los datos sobre el grado de aburrimiento o entusiasmo del jugador, un sistema de software se encarga de analizarlos y ofrecer una respuesta en tiempo real en la propia partida: si el jugador se aburre. Por ejemplo, puede añadir más zombis; mientras que si lo está pasando mal, se rebajará el nivel de dificultad.
Es el inicio de lo que se ha denominado juegos inteligentes, porque se adaptan a cada necesidad del jugador.
No olvide
Los juegos de plataforma promueven la rapidez de pensamiento ya que los jugadores pasan de un nivel a otro en pantallas sucesivas.
Los simuladores coordinan la visión con el movimiento y ayudan a planificar estrategias.
Los juegos de rol permiten adoptar la identidad de un personaje.