Mira a la naturaleza atentamente y entenderás todo mejor. Esta es una frase atribuida a Einstein, que los fabricantes de aviones del futuro la entienden y se posesionan de ella para crear aeronaves de bajo consumo de combustibles, que no contaminen, pero que también desarrollen altas velocidades y faciliten la vida a una humanidad cada vez más globalizada.
Desde la mitología griega, con Ícaro y sus alas de cera tratando de desafiar a la gravedad, nació en el hombre la idea de volar y de imitar a los pájaros. El ejemplo de las aves ha servido a los constructores de aviones para entender mejor y reflejarse en la naturaleza para desarrollar nuevos proyectos. El búho, un ave rapaz nocturna, vuela silencioso, tiene plumas hasta en las patas y genera menos ruido durante sus desplazamientos.
Los fabricantes de aviones cuentan con una infinidad de proyectos para el futuro como, por ejemplo, colocar los motores detrás del avión. Esto permitirá que el ruido disminuya y que haya menor resistencia aerodinámica en un régimen de turbulencias.
El fuselaje tendrá formas más aerodinámicas para aprovechar mejor el espacio interior y las alas serán mas largas. El sistema laminar de las alas permitirá un mejor desplazamiento y para el 2050 la cola tendrá forma de U.
Partiendo de la premisa de que las personas quieren viajar y que es necesario transportar mercancías con rapidez, los planes para el futuro buscan facilitar la vida de los pasajeros. Airbus preguntó a 10 000 personas en todo el mundo cómo quieren viajar. Las respuestas son similares: A precios asequibles, con todas las conexiones a Internet y que se puedan usar a bordo todos los aparatos electrónicos que ni en los viajes se despegan de los usuarios.
En la conciencia de los ciudadanos siempre estuvo presente el tema del medio ambiente. Existe conciencia de este fenómeno, especialmente en las clases medias que, además de viajes, buscan comodidad y seguridad.
Amalia Rodríguez, directora para América Latina y el Caribe de Airbus, anota que cada 15 años se dobla el número de pasajeros en todo el mundo. En los aeropuertos hay problemas de saturación, tanto en tierra, como en los aviones. El desafío es lograr reducir los costos de la operación, bajar los niveles de ruido, las emisiones y utilizar materiales reciclables y no contaminantes.
El combustible, su precio, muchas veces impredecible por crisis mundiales, representa entre el 35% y el 40% de toda la operación aérea. Rodríguez recuerda que Interjet en México fue la primera compañía que voló con biocombustibles desarrollados a partir de la jatropha o jatrofa, un arbusto de la familia de las Euforbiáceas que crece silvestre en África, Norteamérica y en el Caribe.
El vuelo de demostración a partir de la jatrofa fue el 1 de abril de este año, fue el primero de un plan para desarrollar una cadena de producción de biocombustibles renovables en el estado de Chiapas. El avión elegido para la demostración fue un A-320 que voló entre la capital mexicana y Gutiérrez, en el sur de ese país.
La jatrofa puede reducir hasta en 80% la huella global del CO2, en comparación con el keroseno que se utiliza normalmente en la aviación.