Ya no es ciencia ficción. Rex tiene sangre y órganos como cualquier humano; la diferencia es que su sangre es sintética y sus órganos artificiales. Nació esta semana en Inglaterra, a un costo de USD 1 millón y es considerado por Shadow, compañía responsable, como humano en un 70%.
El resto de su cuerpo: cara, prótesis, caderas, rodillas, pies, manos, retina, corazón y riñón fueron elaborados con prótesis. Como todo un ser humano, posee órganos vitales internos como pulmones o vejiga.
La creación de este robot no causa sorpresa en el mundo, pues durante los últimos años la tendencia humanoide ha aumentado considerablemente. José Villavicencio, ingeniero en robótica, comenta que el objetivo principal es que los robots realicen actividades que los humanos ya no desean hacer, ya sea por tiempo o por mejorar el rendimiento de un proceso.
Aunque George Annas, profesor de biotécnica en la Universidad de Boston, mostró preocupación al decir que el robot puede ser una especie similar a la del mito de Frankenstein, en la que la criatura se vuelve incontrolable y destructiva.
Nelson Sotomayor, jefe del departamento de automatización y control industrial de la Escuela Politécnica Nacional (EPN), afirma que por ninguna razón el robot puede salir de control, pues justamente es del interés de los científicos supervisar todos sus movimientos.
El robot que mide dos metros está exhibido desde ayer en el Museo de Ciencia de Londres.
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