Una rata wistar puede comer 30 gramos de balanceado al día, compartir el filtro de agua de su jaula con otras seis parientes, tener hasta 10 crías por mes y hacer un aporte a la investigación científica.
Estos roedores juguetones, de pelaje blanco y larga cola rosada, reciben cuidados especiales en el bioterio de la Universidad de Guayaquil.
Tienen alimentación balanceada, controles de temperatura, exposición a la luz, estrategias para disminuir el estrés en cautiverio, vitaminas, desparasitación, esterilización de sus cajas de aserrín, de sus camas para apareamiento… Por sus características fisiológicas (sus órganos son muy similares a los del humano), las wistar y los conejos neozelandeses sirven de ‘conejillos de Indias’. En este laboratorio del Programa de Gestión de Calidad (Porgeca), de la facultad de Ciencias Químicas, son empleados para verificar el efecto de nuevos fármacos y plaguicidas, antes de salir al mercado. Aquí viven unos 2 000 de estos ratones y ratas, y otros 45 conejos, que darán sus vidas para realizar ensayos preclínicos a medicamentos, en especial fitofármacos o medicina natural, y para verificar el grado de toxicidad de plaguicidas.
La química farmacéutica Glenda Sarmiento, directora del área, explica que estos ino- fensivos animales se prestan exitosamente para ejecutar análisis orales, dérmicos, oculares, de toxicidad. “En el caso de las ratas, el 95% de sus genes es similar a los del ser humano”.
Para un ensayo clínico se requieren al menos cinco ratones y mínimo tres conejos. Todos deben superar las ocho semanas de vida. Un primer paso es inducirles una patología, según el producto que usarán.
Pueden provocarles diabetes, inflamaciones, problemas hepáticos, gástricos, oculares o de dificultades en la piel. Por ejemplo, los conejos son útiles para pruebas de colirios y ungüentos; mientras que los ratones dan mejores resultados en la aplicación de fármacos orales. Esto lo indica Sarmiento.
En el mundo, otro de los animales que se utiliza para la experimentación son los chimpancés. Esto, por la similud genética que tienen con los seres humanos. Según un informe de The Humane Society, cerca de 1 000 chimpancés permanecen en seis laboratorios de Estados Unidos; cerca de 500 de ellos son propiedad del gobierno federal de ese país.
En el bioterio que opera en Guayaquil, los ensayos pueden durar entre 14 y 28 días. Y después de cumplir su compromiso con la ciencia, los roedores son descartados. En este centro de investigación se utiliza el método de dislocación cervical, es decir, les rompen el cuello y luego son cremados.
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“Para la realización de las pruebas siempre hay que tener presente la ética”, recalca la químico farmacéutica Zoraida Burbano, colaboradora del lugar. “Y para ello nos basamos en las 3R: reemplazo, refinamiento y reducción del número de animales”.
Bajo normas estrictas de calidad, este laboratorio controla la reproducción y cría de los animales. En sus jaulas son etiquetados según su sexo, fecha de nacimiento y parentesco. Esto con el objetivo de controlar la población y lograr crías con genes más óptimos para la experimentación.
Sin embargo, desde el seg undo trimestre del 2013 en la Unión Europea (UE) entró en vigor la prohibición de experimentación animal con fines cosméticos. Según la normativa no se podrá comercializar en los países de la UE productos cosméticos en cuyo desarrollo se haya experimentado en animales.
Por el contrario, los modelos informáticos se consideran una alternativa cada vez más viable a los experimentos con animales. Frente a las críticas hacia las pruebas en animales, Burbano aclara que en otros países se investigan alternativas para reemplazar su uso.
Uno de los métodos que está en boga es el cultivo celular; aunque para ello se requiere tecnología avanzada. “La extracción de ADN, las células madre… Se habla de varios métodos, pero aún hay mucho por investigar”, indica la químico farmacéutica ecuatoriana.
Asimismo en Ecuador se realizó en noviembre pasado el primer taller sobre manejo y bienestar de animales de laboratorio. Una vez que se apruebe la Ley de Protección Animal en la Asamblea Nacional, la experimentación con animales quedará restringida para las universidades.
Pero se podrá desarrollar este tipo de investigación cuando las instituciones cumplan con los estándares establecidos por la Organización Internacional de Sanidad Animal (OIE). Por ello, el artículo 26 de esta ley prohíbe la vivisección de animales domésticos y de compañía (disección en seres vivos)en los planteles educativos.
Punto de vista/ César Paz y Miño Decano del Inst. de Inves. Biomédicas de la UDLA
‘Se necesita de organismos vivos’
Los animales siempre han sido un buen recurso para entender lo que ocurre en el ser humano. Los científicos deben tener herramientas que les permitan probar si la investigación es correcta y puede ser aplicada en las personas.
A lo largo del tiempo se han establecido algunas salidas para evitar la experimentanción en animales, pero en los diferentes estudios que se realizan se necesita trabajar sobre la base de organismos vivos.
Si se realizan cultivos celulares para la experimentación no se estudiaría un organismo, sino solo ese cultivo. En el momento en que esta investigación sea aplicada en las personas, probablemente no se llegue a una conclusión efectiva ya que no tiene una comprobación en un ser vivo.