Le gustaba mezclar la tierra con el agua y otros elementos cuando era niño. Su objetivo era investigar y conocer sus efectos. Él es Kléber Villa, ingeniero electrónico y Analista de Patentes en el Instituto Ecuatoriano de la Propiedad Intelectual (IEPI), hace tres años.
Recuerda que cuando niño le llamó la atención la ingeniería, en especial mientras visitaba el taller electrónico de su tío. “Me gustaba ver el funcionamiento de las cosas, aunque siempre supe que mi objetivo no era la reparación sino la fabricación de nuevos productos electrónicos”.
Sus estudios siempre estuvieron orientados al análisis y a la generación de proyectos. Por eso, estudió Físico-matemático en el Colegio Montúfar y se graduó en el 2006 de ingeniero electrónico en la Escuela Politécnica Nacional (EPN).
Sin embargo, antes de culminar sus estudios universitarios empezó a crear sus propios prototipos. El primero fue un lector braille para textos digitales. Este equipo fue parte de la presentación de su tesis.
Ramiro Morejón, docente del Departamento de Ingeniería Electrónica y Telecomunicaciones de la EPN, fue su profesor. Menciona que Villa en el momento de realizar la tesis escogió un tema en el que combinó el conocimiento de la electrónica con la visión social. “Lo que le motivó a realizar este proyecto fue el contacto que tenía con personas no videntes”, recuerda Morejón.
Después de graduarse quiso potenciar su prototipo. Para esto realizó presentaciones en empresas públicas y privadas con el fin de obtener recursos. “Tuvo que pasar cerca de cinco años para que la Senescyt analizara el sistema braille y lo considerara un producto potencial para las personas con discapacidades”, dice Villa.
En la actualidad, este sistema electrónico le apuesta a un nuevo grupo de usuarios, como por ejemplo las personas con deficiencia auditiva.