Nuestro mar puede ampliarse

Los estudios. (De izq. a der.) Jorge Pérez, Pablo Pazmiño y Valentí Sallarés, integran parte del equipo.

Los estudios. (De izq. a der.) Jorge Pérez, Pablo Pazmiño y Valentí Sallarés, integran parte del equipo.

El país tiene la posibilidad de ampliar su soberanía marina más allá de las 200 millas náuticas. Para demostrar que esta extensión es factible, un grupo de investigadores ecuatorianos y extranjeros recopila información científica que presentarán a la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (Convemar).

La Convemar regula la delimitación de los espacios marítimos y la extensión de la plataforma continental más allá de las 200 millas.

Los investigadores encargados de este tema enfocan sus estudios en la llamada cordillera submarina de Carnegie, como la zona de mayor importancia para ser considerada una prolongación natural de la amplia plataforma continental ecuatoriana.

Pablo Pazmiño Manrique, actual jefe del Departamento de Desarrollo Marítimo y Fluvial de la Dirección General de Intereses Marítimos, dice que solicitarán la ampliación desde la línea base del conocido archipiélago de Galápagos hacia el este.

Son 200 millas de mar territorial, pero el propósito es ampliara hasta 350 millas”.

Jorge Pérez, asesor técnico marítimo, dice que para justificar la extensión, las investigaciones están orientadas a demostrar que la cordillera marina de Carnegie es una extensión geológica de Galápagos.

El español Valentí Sallarés, especialista en Geofísica Marina, es uno de los participantes en este estudio.

El científico ha intervenido en una serie de estudios preliminares para conocer el potencial del Ecuador para extender sus límites de plataforma continental. “Hemos recopilado toda la información disponible sobre las islas Galápagos en zonas, donde se podría extender los límites de la plataforma continental más allá de las 200 millas náuticas”.

Sallarés dice que los esfuerzos están dirigidos a probar que “el suelo oceánico y lo que hay por debajo es una prolongación natural de lo que es el continente, en este caso las islas”. Para ello, estudian la morfología de las islas Galápagos, entre otros aspectos.

La morfología del archipiélago está conformada por una plataforma de origen volcánico y se extiende por las cordilleras submarinas de Carnegie y Colón como prolongaciones naturales de su plataforma.

Ambas cordilleras, ubicadas sobre la placa Nazca, son definidas como áreas potenciales de interés para la extensión natural de la plataforma más allá de las 200 millas.

Sandro Vaca, geólogo del Instituto Geofísico de la Politécnica Nacional, indica que el archipiélago Galápagos está sobre un punto caliente, es decir, un punto fijo en la corteza terrestre, por donde emerge material magmático, proveniente de las zonas más profundas de nuestro planeta Tierra.

Jorge Pérez indica que al ampliar la plataforma continental, el país tendría soberanía sobre los recursos que hay en el fondo del mar, en el suelo y en el subsuelo. “Hablamos de hidrocarburos y de minerales que el país puede aprovechar”.

Para realizar esta importante investigación, los científicos aprovecharon los estudios realizados sobre las islas desde hace más de 20 años.

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