Cada vez que una de las cuatro luces LED que están ubicadas en la cancha de fútbol se encienden, Jefferson Palma corre y trata de apagarlas con su pie.
Permanecen encendidas 4 segundos, aunque esto también depende de la configuración del equipo. La idea es evaluar y mejorar la coordinación de las manos y pies con el ojo. Además de perfeccionar el acondicionamiento físico y rehabilitar lesiones específicas.
Esto se realiza por medio de Fitlight Trainer, un sistema inalámbrico integrado por luces LED que se utilizan como objetivos para que los usuarios puedan activarlos y desactivarlos, según la rutina de entrenamiento. Su función es realizar trabajos de neuro-estimulación, entrenamiento cognitivo, velocidad, reacción y visión periférica.
Estos aparatos son de última tecnología y en esta semana cuatro llegaron al país. Fueron probados dos días y la empresa privada lo hace con deportistas como Jefferson. En la primera rutina él apagó cuatro luces en 22,5 segundos. En la segunda alcanzó 20 segundos.
Diego Giacchino, entrenador físico argentino, indica que este tipo de ejercicio ayuda a los deportistas a mejorar su capacidad de reacción y su agilidad.
Marcelo Baldeón, director de la Escuela de Fisioterapia de la UDLA, explica que estos equipos tecnológicos contribuyen al estudio del movimiento humano. “Este estudio es complejo, ya que condiciona al sistema nervioso junto con los músculos, para que puedan convertirse en un movimiento corporal humano. Por eso es necesario emplear la tecnología”, advierte Baldeón.
Sin embargo, existen otros equipos en el mercado ecuatoriano que estudian la “locomoción humana”. Zephyr Bioharness es un dispositivo que transmite, en tiempo real, los datos fisiológicos del movimiento de hasta 50 personas.
Mauricio Guzmán, representante de Rhoseim, señala que todos los aparatos utilizan el mismo software (denominado Biomovie), que permite graficar y analizar los movimientos de las personas en un video, sin la necesidad de que el médico o entrenador estén en el lugar.
Pero la tecnología para el estudio de la “locomoción humana” no solo se centra en dispositivos móviles sino también en trajes especiales con sensores.
André Hurtado, estudiante de la UDLA, utilizó un traje de movimiento denominado XSens. Después de colocarse la licra, el entrenador calibró el traje con el software instalado en una computadora. En la pantalla se proyectó una imagen en 3D que registraba sus movimientos.
La vestimenta tiene 17 sensores, que se comunican entre sí mediante cables que envían información a un software en tiempo real. Su característica principal es medir 23 segmentos del cuerpo y 23 articulaciones, con base en parámetros de orientación, posición, aceleración y velocidad. Guzmán indica que estos equipos pueden emplearse en el campo del deporte y la salud.
En contexto. La UDLA desarrolló un seminario-taller, en el que se mostraron los equipos que se comercializarán en Ecuador. Ahí se analizó la incorporación de la tecnología en la rehabilitación física y el entrenamiento deportivo.
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