Zapatos que se adaptan según el uso de la persona y tazas que se agrandan si el café está muy caliente aparecen en el horizonte de la mano de la tecnología 4D, un tipo de impresión que crea objetos con la capacidad de transformarse por sí mismos una vez que fueron impresos. La presentaron en Estados Unidos.
Las impresoras 3D son capaces de convertir diseños digitales en objetos con volumen, han impresionado a muchos sobre cómo se pueden imprimir estructuras con el rostro de una persona, juguetes o instrumentos musicales, entre muchos otros artículos.
Sin embargo, lo que hoy se vislumbra en el horizonte de los avances tecnológicos son las impresiones 4D. Skylar Tibbits, arquitecto, diseñador e informático, además de profesor en el Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT, su sigla en inglés), lleva alrededor de seis meses trabajando para hacer de esta nueva tecnología una realidad.
“La cuarta dimensión tiene que ver con el cambio en el tiempo. Es decir, apunta a imprimir objetos inteligentes que tienen la capacidad de transformarse por sí mismos una vez que fueron impresos”, asegura Tibbits .
Hoy, junto a Stratasys —empresa fabricante de impresoras 3D—, han desarrollado un polímero de plástico (que a lo lejos parece una hebra) que cuando entra en contacto con el agua adquiere formas previamente programadas.
Por ejemplo, forma las letras MIT, o también se transforma en un cubo tridimensional. “El proceso es muy similar al de las impresiones 3D, sin embargo trabaja con materiales inteligentes que se activan y adaptan”, añade Tibbits.
Y tal como explicó hace algunas semanas en la charla TED que dio en California, agrega que el acto de imprimir ya no es el fin del proceso creativo, sino que simplemente una etapa más.
Futuras aplicaciones
Aunque por ahora en el Self-Assembly Lab (laboratorio de autoensamblaje) del MIT solo han desarrollado los ejemplos descritos más arriba, el entrevistado ve en esta tecnología un futuro bastante más útil para la vida del ser humano.
“Tendría aplicaciones en el mundo de la moda y el vestuario deportivo. Imagina un zapato que se adapte y responda según cómo lo uses”. O una taza que se expanda si el café está muy caliente, para proteger las manos de las altas temperaturas.
Por otro lado, la tecnología espacial es otro uso potencial que el experto ve en la impresión 4D. Según él, hoy se utilizan estructuras caras y complejas, que deben armar los propios astronautas. Sin embargo, en su mente está la posibilidad de crear sistemas simples, que se envíen al espacio de manera compacta y una vez en órbita se autoensamblen según los cambios de temperatura, presión y luz.