El Gran Telescopio Milimétrico (GTM), el mayor de su tipo, ya está a punto para empezar a observar el origen del universo con una precisión que permitirá desvelar misterios como la formación y el origen de galaxias muy lejanas.
El instrumento, de gran envergadura, ha sido puesto a punto por el Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (Inaoe) y la Universidad de Massachusetts (EE.UU). “Sierra Negra es importante por su altura porque en la cima de un volcán tan grande existe poca cantidad de agua en la atmósfera, por lo que hay una mejor sensibilidad en comparación con otros telescopios en lugares más bajos”, comentó David Hughes, director del GTM.
El telescopio mexicano consta de 180 paneles ubicados en la antena y un área de recolección de 2 000 metros cuadrados. Tiene un espejo principal que, cuando quede completado, estará formado por cinco anillos con paneles de níquel. Cada uno de los paneles está integrado por ocho piezas alineadas para formar la parábola, encargada de captar las ondas milimétricas.
“Es un instrumento de altísima precisión con 0,8 milímetros de longitud de onda, por lo que es capaz de captar el polvo cósmico”, explicó a EFE Alberto Carramiñana, director del Inaoe.
“Se busca con esto hacer ciencia de relevancia internacional, llegar a observar fenómenos que no han sido observados previamente y que la comunidad mexicana tenga a su disposición un instrumento de línea que le permita hacer investigación científica de frontera”.
El funcionamiento del GTM es complejo. “El telescopio es una antena de 50 metros de diámetro. Estas ondas milimétricas son radiación electromagnética que proviene de cuerpos celestes que tienen muy baja temperatura”, explicó el responsable científico del GTM, Miguel Chávez.
Una frase clave para el uso científico del telescopio es la formación de estructuras en el Universo porque la formación de galaxias, planetas y estrellas están caracterizados por poseer material de muy baja temperatura, que sólo es detectable con este tipo de antenas.
El experto añadió que se va a abarcar “desde el estudio de cuerpos en el sistema solar hasta las galaxias más distantes. Podremos ver la formación de las primeras generaciones de estrellas”, agregó.
El Gobierno mexicano invierte 0,4% de su PIB en proyectos de ciencia y tecnología.
El telescopio
La elaboración del instrumento costó USD 128 millones y su construcción empezó en 1997.
Tiene 55 metros de altura, un peso de 2 600 toneladas y una parábola con un diámetro que alcanza los 50 metros.
Actualmente está ubicado en el volcán Sierra Negra, en el estado central mexicano de Puebla, a más de 4 500 metros sobre el nivel del mar.
Se prevé que realice observaciones el 1 de mayo.