La manualidad, la forma, la funcionalidad, el movimiento automático… son parte de los nuevos diseños de prótesis que hay en el Ecuador. Las personas con discapacidad física tienen más opciones para completar las extremidades e incluso se incorpora el movimiento.
Por ejemplo, en el país se ensamblan prótesis con piezas que llegan desde cinco países: Alemania, Estados Unidos, Japón, Gran Bretaña, Austria. La mano biónica es una de ellas.
A diferencia de las clásicas, este equipo cuenta con un microprocesador que controla cinco motores; uno para cada dedo de la mano. Esto se logra a través de los ‘servomotores’, que son motores corrientes, que permiten el movimiento independiente de cada dedo.
Esto, a su vez, se realiza con un microprocesador que recibe los datos de los impulsos. Se han programado en esta mano 14 movimientos que se pueden adaptar a las necesidades del usuario: precisión al unir el dedo índice con el pulgar y sumarle el dedo anular, sostener las llaves, apuntar con el índice. Además permite coger el ‘mouse’ de la computadora, etc.
Diego Muñoz, gerente general de la empresa Protelite, dice que la evolución de las prótesis que corresponden a los brazos se inició con la denominada “mano decorativa”. Esta no tenía ningún movimiento y la gente la usaba generalmente con un guante. Luego, cerca de los años 60, se utilizó el brazo mecánico que lograba un movimiento si el usuario halaba desde el hombro. Pues, la colocación era con unas tiras en forma de chaquetas.
De esta manera se accedía hasta 11 movimientos graduados con unos tornillos. El material era de madera. Ahora se elaboran con resina, de origen vegetal, y ya no se requiere la chaquetilla para sujetarla al cuerpo. El peso de la prótesis hace cuatro décadas alcanzaba las 20 libras, ahora pesa tres. Esta última medida corresponde a la prótesis elaborada con fibra de carbono, gel mineral y está compuesta de un cilindro de carbono y un amortiguador.
Lo mismo ocurre con las extremidades inferiores. La evolución es similar. Las primeras piernas no tenían movimiento y la madera era el principal material. Ahora existe la C Leg, que logra movimientos coordinados con la computadora.
En las empresas del país se elaboran más extremidades izquierdas: “De cada 10 pacientes amputados, siete son izquierdos”, afirma Muñoz.
Él señala que la reacción natural del ser humano frente a un accidente es proteger el lado derecho. Las prótesis cuestan entre USD 1 200 y 45 000, según la funcionalidad que den a las extremidades.
En cambio, en las prótesis internas, el traumatólogo español Jaime Baselga presentó en Ecuador en junio pasado un postoperatorio de cadera ‘muy corto’, de mayor duración de la prótesis y una reducción del tiempo de reeducación funcional del paciente. Esto se logra a través de sensores.
Durante la cirugía se toman datos del usuario, se los trasladan a un computador que señala en la pantalla las características anatómicas particulares de cada paciente, que permite colocar ‘en posición precisa’ el implante. Actualmente la Universidad de Pittsburgh, en EE.UU., prepara una extremidad que funcione desde el cerebro humano. La idea es que los sensores se adapten a los movimientos, pero solo con el pensamiento del usuario.
‘Recuperé la movilidad manual’
Guido Buchelli / Paciente que perdió su mano hace cinco años
Guido Buchelli perdió su mano hace cinco años por armar juegos pirotécnicos y desde septiembre tiene una mano biónica. A diferencia de las prótesis clásicas, esta mano cuenta con un microprocesador que controla cinco motores; uno para cada dedo. La primera vez que Buchelli comandó la prótesis, los doctores tuvieron que aumentar los niveles de sensibilidad de la mano, pues al no usar nunca antes una prótesis, la electricidad de sus débiles músculos no era detectada por los sensores.
La prótesis, elaborada con aluminio, titanio y algunas piezas de acero en Reino Unido, es una de las tres nuevas prótesis que la firma Protelite trajo para ser ensambladas en Ecuador.
Él aprendió el funcionamiento del software del equipo, con el que puede gestionar los movimientos de acuerdo con sus gustos y velocidades para controlar tareas específicas y delicadas. Por ejemplo, puede jugar paintball.