Por el color de los ojos y de la piel se etiqueta a las personas por su raza.
Pese a lo sencillo que puede ser identificar a una persona como caucásica, africana o asiática, según sus rasgos, esta diferencia desaparece cuando se estudia el ADN humano.
El ADN es la sustancia química donde se guardan las instrucciones que dirigen el desarrollo de un huevo hasta formar un organismo adulto.
Una investigación publicada en la revista Science revela que los rasgos, con frecuencia, utilizados para diferencia a una ‘raza’ de otra, como el color de la piel y de los ojos, son gobernados por un minúsculo número de genes.
Estas características se han desarrollado rápidamente para responder a condiciones extremas del ambiente durante la corta estadía de los seres humanos en la Tierra.
Para el médico e investigador Harold P. Freeman, calificar a un grupo étnico, a partir de su color de piel, es algo que se aleja de la realidad científica.
Esto quiere decir que las razas son un concepto social, no científico. Freeman afirma, además, que los rasgos externos responden a procesos de adaptación al medio y se explican por un número pequeño de genes (0,01%). Otro científico estadounidense también se refirió a este tema en uno de sus estudios.
Se trata del investigador estadounidense Craig Venter, presidente de Celera Genomics, compañía pionera en el campo del genoma humano.
Este científico dice que todos hemos evolucionado en los últimos 100 000 años, a partir del mismo grupo de tribus que emigraron desde África y colonizaron el mundo.
César Paz y Miño, director del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la Universidad de las Américas, concuerda con este criterio. “El Homosapiens salió del centro de África y la mayoría de genes que tenemos son genes de la población negra que se reparte en todo el mundo”.
El Homo sapiens, según distintas teorías, se originó en África y emigró a Europa, Asia, y, a través de Bering, hacia América.
Hace 60 000 años, un pequeño grupo de humanos africanos salió en busca de nuevas tierras.
Paz y Miño desarrolló un estudio genético de algunos individuos de poblaciones indígenas, negras y mestizas.
A través de esta investigación, se determinó que los rasgos de la población ecuatoriana son recesivos. Esto significa que el padre y la madre tienen unas características que se manifiestan en los hijos. “Lo que muchos queremos saber es con quiénes compartimos genes. La respuesta es con todo el mundo”.
Los seres humanos tienen genes de la población negra, amerindia, caucasoide.
Al final, la raza humana es mestiza, es decir, una población cruzada, muy similar en la mayoría de características.
Para el investigador Paz y Miño, la palabra mestizo, negro, indio solo revela una clara resistencia sociocultural y socioeconómica. “Resulta que un grupo de africanos también posee características genéticas de la población blanca. Eso está demostrado. Por eso, que hablamos de una sola raza, la raza humana”.