Avión experimental Solar Impulse finaliza vuelo de 72 horas en simulador

André Borschberg es piloto y cofundador del proyecto de la vuelta al mundo en un avión propulsado únicamente con energía solar. Foto: AFP

André Borschberg es piloto y cofundador del proyecto de la vuelta al mundo en un avión propulsado únicamente con energía solar. Foto: AFP

El piloto suizo André Borschberg terminó hoy un vuelo de 72 horas ininterrumpido en un simulador del nuevo avión experimental Solar Impulse, destinado a realizar en 2014 una vuelta al mundo únicamente con propulsión de energía solar.

“No era una expedición solitaria de una persona en su avión apañándose él solo. Era una experiencia extraordinaria de todo un equipo”, resumió Borschberg a la salida del simulador, vestido con su combinación de vuelo.

Con el rostro fatigado y los ojos enrojecidos por la falta de sueño, el piloto y cofundador del proyecto de la vuelta al mundo en un avión propulsado únicamente con energía solar, comentó cómo pasó tres días y otras tantas noches en una cabina de piloto estrecha, conectado a electrodos y filmado desde todos los ángulos.

Lo que estaba en juego era importante, porque un equipo de 80 personas debía demostrar que era capaz de llevar a buen puerto este proyecto de vuelta al mundo en cinco etapas.

El aparato, recubierto de células fotovoltaicas, debe ser capaz de recorrer grandes distancias. Su piloto debe también estar en condiciones de soportar etapas de hasta cinco días con el mínimo confort, variaciones extremas de temperaturas y recuperándose únicamente mediante fases de microsueño de 20 minutos.

“Este simulacro era extremadamente importante, porque permitió certificar la estrategia de vuelo para la vuelta al mundo en 2014”, explicó Borschberg durante una conferencia de prensa.

“Era la primera vez que todas los componentes del equipo trabajaban simultáneamente y en el mismo sitio durante un largo periodo”, agregó entusiasmado el otro cofundador del proyecto Bertrand Piccard, conocido por haber dado la vuelta al mundo en globo aerostático y por pertenecer a una familia de reputados exploradores.

“Las etapas más largas tendrán una duración de hasta cinco días y cinco noches y hace falta garantizar que el piloto pueda controlar este avión y asegurar su propia supervivencia” durante esas largas etapas, relató Borschberg.

Con el objetivo de que el piloto pueda aguantar, el equipo ha rediseñado completamente la cabina de pilotaje, agrandándola un poco con respecto al modelo utilizado durante el pasado verano (boreal) en una serie de vuelos europeos a Bruselas y durante el salón de la aeronáutica celebrado cerca de París.

El asiento es reclinable, lo que permitirá al piloto relajarse o dormir brevemente tras conectar el piloto automático y se ha incorporado a él un urinario.

El piloto deberá alimentarse de comidas liofilizadas, que podrá calentar durante el vuelo. “Hemos puesto el acento en el placer gustativo con verdaderos platos y no con pastillas a tragar”, explicó una portavoz.

El equipo ha simulado una veintena de maniobras de aproximación y de aterrizaje a diario, dando escaso respiro al piloto, quien para evitar los dolores musculares se abonó al yoga y al pilates.

El primer prototipo del Solar Impulse entró en la historia de la aeronáutica en julio de 2010 al realizar un vuelo sin interrupción de 24 horas, propulsado sólo mediante paneles solares y baterías.

Sus alas están recubiertas por 12 000 células fotovoltaicas, que alimentan cuatro motores eléctricos de una potencia de 10 caballos cada uno.

El nuevo aparato, ya en construcción, será más grandes y tendrá nuevos motores y nuevas baterías.

El avión debe estar listo en 2013 para un primer vuelo de ensayo durante ese mismo año.

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