Tecnología brinda herramientas para enfrentar a la violencia de género

Aplicaciones y gadgets ahora forman parte de un mercado que quiere proteger con eficacia a las mujeres de las agresiones en las calles y las casas

Cuando Carmiña Santamaría se enteró de que su amiga fue secuestrada, el temor detonó en ella la necesidad de desarrollar una aplicación para ayudar a las mujeres que atraviesan situaciones de peligro.
La boliviana junto a un equipo de expertos en nuevas tecnologías -entre estos el ecuatoriano Carlos Villavicencio- dieron forma a Kwema, un brazalete que activa un sistema de alarmas cuando la usuaria se encuentra en problemas. A escala mundial, una de cada tres mujeres ha experimentado violencia física o sexual, según ONU Mujeres. En Ecuador, 6 de cada 10 mujeres sufren violencia de género.
Cifras como estas son las que han alimentado el proyecto de la boliviana. Para Santamaría, la realidad es que Kwema y otros dispositivos similares son el síntoma de que el empoderamiento de la mujer en la sociedad contemporánea implica también a través de tecnologías que ayuden a proteger a un grupo vulnerable.
Este es, precisamente, el caso de la aplicación I Feel Safe, lanzada recientemente en los mercados de iOS y Android. La ‘app’ fue presentada por el equipo de desarrolladores de la fundación india Nirbhaya Jyoti Trust, institución creada luego de la violación y asesinato en grupo que sufrió una pasante de fisioterapia en un autobús en Nueva Delhi, en 2012.
I Feel Safe funciona como aplicación móvil que, tras presionar cinco veces consecutivas el botón de encendido del teléfono, envía una alerta a las autoridades locales con un mapa de ubicación de la usuaria.
Junto a la funcionalidad, uno de los aspectos que destacan al momento de crear estos dispositivos es el diseño. Es por ello que emprendimientos como Safelet o Roar (Athena) apuestan por gadgets que luzcan como joyas para que pasen desapercibidos en el día a día.
En esta última línea se encuentra, por ejemplo, Siren, un anillo que emite un sonido casi ensordecedor cuando se activa el dispositivo. Para sus creadores, el objetivo es que la usuaria tenga una opción de escapar de su agresor, así como llamar la atención de quienes se encuentren cerca.
Para Villavicencio, este tipo de tecnologías resulta una necesidad en los contextos latinoamericanos. Tanto en Guayaquil, donde estudió su carrera universitaria, como en Ciudad de México, lugar en el que desarrolla actualmente parte de la tecnología de Kwema, ha visto que la violencia de género es una constante en las mujeres.
A su criterio, estos dispositivos no resultan un lujo, sino en una suerte de necesidad para asegurarse de que ellas transiten seguras por las calles.