Técnica de científico ecuatoriano regenera las células dañadas

Su trabajo fue reconocido por el MIT Technology Review, una de las revistas más prestigiosas en biotecnología. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO

Su trabajo fue reconocido por el MIT Technology Review, una de las revistas más prestigiosas en biotecnología. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO

Su trabajo fue reconocido por el MIT Technology Review, una de las revistas más prestigiosas en biotecnología. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO

Cuando cursaba sus estudios de doctorado en Montpellier, Francia, el ecuatoriano Andrés Caicedo, biólogo médico, comenzó a investigar las mitocondrias, orgánulos celulares encargados de suministrar la mayor parte de la energía necesaria para la actividad de las células. En pocas palabras, las mitocondrias actúan como si fueran las centrales energéticas de la célula.

Su investigación ha sido de largo aliento, pero gracias a esta, el científico, profesor e investigador de la Escuela de Medicina de la Universidad San Francisco de Quito consiguió desarrollar una técnica para reparar tejidos con el uso de las mitocondrias.

Su desarrollo es innovador, a todas luces, puesto que con el uso de las mitocondrias puede regenerar tejidos sin la necesidad de recurrir a células madre ni a fármacos.

Caicedo, apasionado por la biología de las células, explica que en el Instituto de Medicina Regenerativa y Bioterapias, en Montpellier centró su atención en la terapia celular, para lo cual usaban células madre.

Según indica Caicedo, PhD en Biología Médica, las células madre de adulto (mesenquimales) tienen un rol importante, porque cuando existe un daño en cualquier tejido, “estas son atraídas por la inflamación que se produce”. En resumen, ellas actúan para que el tejido no esté inflamado.

Infografía del funcionamiento de la técnica de transplante de mitocondrias. Fuente: Escuela de Medicina de la USFQ / EL COMERCIO

En definitiva, juegan el rol de ayudar a la regeneración del tejido dañado o inflamado.

Al investigar cómo ocurría este proceso, el científico observó algo único: las células madre les pasaban mitocondrias a las células dañadas, con el objetivo de repararlas.

El catedrático advierte que si las células epiteliales (un tipo de células que recubren las superficies del cuerpo) de cualquier tejido están dañadas, emitirán señales a las células madre para que estas les pasen mitocondrias.

Es como si las mitocondrias fueran los medicamentos que curan a las células afectadas.

De tanto observar este proceso que ocurre de manera natural, Caicedo tuvo la idea de tomar estas mitocondrias, aislarlas de las células originales, es decir de las células madre, y colocarlas en las células dañadas. Todo de manera artificial.

Con su invención lo que hizo fue prescindir del uso de células madre, cuya producción y mantenimiento resulta muy costoso, y emplear mitocondrias donadas de varias personas, combinarlas y c­olocarlas a células que estuvieron dañadas.

En eso consiste su trabajo de investigación reconocido por el MIT Technology Review, de Estados Unidos, una de las revistas más prestigiosas en biotecnología y ciencia del mundo. Esta revista recibió 2 000 aplicaciones de científicos de Sudamérica, de las cuales se escogieron únicamente 35, entre las que estuvo el proyecto del equipo de Andrés Caicedo, el cual representa a la Escuela de Medicina de la Universidad San Francisco de Quito.

El académico explica, además, que realizaron varios ensayos con un doctor en Veterinaria y con Francisco Cabrera, en los que, de manera intencional, hicieron que algunas células sean afectadas por la radiación ultravioleta, cuya fuente puede ser el sol.

Como se esperaba, estas células perdieron mitocondrias y se dañaron. A partir de esta observación, extrajeron mitocondrias nuevas de tres donantes jóvenes, las colocaron en las células dañadas y consiguieron repararlas. Como señala el investigador, las mitocondrias se obtienen a través de una muestra de sangre.

Estos estudios son nuevos en Ecuador. De hecho, este equipo de la Escuela de Medicina es el primero que desarrolla este tipo de terapia celular sin utilizar células madre. En resumen, lo que hace el investigador y su equipo es trasplantar mitocondrias a las células dañadas. Además, son pioneros en aislar mitocondrias en un ‘mix’ (combinación) de diferentes donantes para poder reparar células.

Al referirse a este avance, el catedrático recalca que cuando las mitocondrias están fuera de las células y están activadas, estas favorecen los procesos de reparación. Esta técnica se llama mitocepción, y se basa en el trasplante artificial de mitocondrias de un célula A a una B. Gracias a esta técnica, se puede regenerar cualquier tipo de célula, lo cual constituye un avance transcendental.

En el momento, impulsan también un proyecto pionero que busca utilizar mitocondrias para curar el cáncer. “Vamos a modificar a la mitocondria para que en vez de ayudar a la célula a repararse, le haga daño y combata esta enfermedad”, dice Caicedo.

De igual manera, mantienen una colaboración con el investigador de las Universidad de las Américas, UDLA, Iván Moya, para matar a las células cancerosas con el trasplante de mitocondrias que han sido modificadas.

Con esta técnica buscan también trasplantar mitocondrias sin microinyección, por primera vez en el mundo, a embriones de ratón. El objetivo es que estos ensayos beneficien a las mujeres sometidas a técnicas de fertilización in vitro.

Es así que con la colaboración de su estudiante de doctorado, Francisco Cabrera, piensan evitar que las mujeres que portan enfermedades mitocondriales den a luz hijos con ciertas enfermedades.

Al trasplantarles mitocondrias en buen estado, garantizan, por ejemplo, hijos con una mejor salud.

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