Talleres promueven la interacción entre los niños y sus animales de compañía

Los pequeños aprenden sobre peluquería, veterinaria y adiestramiento canino. También se trata la convivencia en el hogar. Foto: Galo Paguay/ EL COMERCIO.

Promover el respeto animal entre las nuevas generaciones es lo que motivó a Deborah Torres a iniciar con el proyecto Vamos Perros Kids. En estos talleres los niños aprenden que una mascota es una vida que necesita cuidados.
La jornada empieza con la presentación de cada uno de los canes. Los niños cuentan cómo llegó la mascota a su hogar y la importancia que tiene en su vida. Mientras tanto, los adultos dan un recorrido por las instalaciones para que los pequeños se sientan cómodos al estar rodeados solamente junto a otros de su edad.
Los talleres se realizan con la supervisión de un veterinario, una peluquera canina y un entrenador de perros, quienes enseñan a los niños a peinar a sus mascotas, acariciarlas y jugar con ellas.
Alfredo Salgado, médico veterinario, está a cargo de las actividades relacionadas con la salud preventiva de los canes. Lo importante es enseñarles de manera sencilla- explica Salgado- acerca de las vacunas, desparasitaciones y cuidados básicos para mantenerlos limpios.
Una de las actividades que más disfrutan los menores es la limpieza de las orejas de sus perros. Con una gasa y un aceite no abrasivo o vaselina, Salgado hace que cada uno lo practique en su mascota, bajo su supervisión. También les enseña la posición correcta en la que se debe colocar el plato de comida, cómo mantener la higiene bucal y la importancia de establecer un horario fijo para alimentar a su perro.
Por otro lado, Byron Paredes, especialista en comportamiento y alto rendimiento canino, trabaja individualmente la convivencia entre los menores y las mascotas en sus hogares, sobre todo en casos de adopción.
Lo primero que el especialista explica a los niños es que no se deben acercar a todos los canes de una manera muy amistosa, porque no se sabe qué experiencia tendrían estos animales en el pasado.
Después, les enseña ciertas posturas que deben adoptar cuando se encuentran con un perro por primera vez. Por ejemplo, les indica que deben permanecer quietos mientras el can los huele, acercar su mano suavemente y acariciar los laterales y el pecho del animal, pero nunca cerca de su hocico o en la frente. Así, empieza a generar el vínculo y la confianza con la mascota.
Si el niño se acerca muy bruscamente o corre a abrazarlo, el can se puede asustar y reaccionar de una forma agresiva. “No se debe olvidar que ante todo es un animal”, sostiene Paredes.
Con el perro se realizan ciertos ejercicios para que sea más tolerable con las caricias y movimientos de los niños, sobre todo cuando ya son adultos, ya que con cachorros, el trabajo es más sencillo.
Promover la actividad física de los niños junto a sus mascotas es otro mecanismo que se utiliza para lograr la socialización con los canes. La actividad preferida de Ruth Torres es correr y saltar obstáculos con su perra Yana. Bajo la dirección de la entrenadora en el taller, la pequeña de 11 años aprendió a llevar al animal de la forma correcta, sin perder el control.
A Fabiana Rangel, de 8 años, lo que más le gusta de estas actividades es hacer amigos, peinar a los canes y la “rica comida”. La pequeña participó del taller hace cuatro meses, junto a Era, una golden retriever de 8 meses.
Su tío, Oliver Prada, cuenta que las actividades contribuyeron a que la niña y la mascota tengan un vínculo más fuerte, respeten sus espacios y, sobre todo, enseñó a Fabiana que: “Era no es un juguete, es una compañera”.
Lord Guau también ofrece la posibilidad de que los pequeños disfruten junto con sus mascotas en un campamento de verano en el que compartirán actividades durante dos semanas, seis horas por día.
Entre las tareas, los menores deben aprender a bañar y adiestrar a los canes. De esta manera, se busca que desarrollen su sentido de compañerismo y responsabilidad al tener al animal a su cargo.
El campamento incluye paseos en el campo, alimentación saludable y cuenta con la supervisión de adiestradores y parvularias . El único requisito es “no llevar caras largas”.
Para Salgado, con estas actividades se busca concienciar a los niños, así en el futuro se podrá tener adultos que enseñarán a sus hijos a no maltratar a los animales.
Las iniciativas son una forma en la que los pequeños pueden conocer a los perros de una manera interactiva y no solamente a través de las denuncias de violencia en redes sociales, que, en ocasiones, pueden ser muy fuertes para ellos.