Los surfistas volvieron estos días a las playas de Canoa para participar en un campeonato. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO
Los surfistas aficionados toman sus tablas e intentan hacer piruetas sobre las olas de la playa de Canoa durante las tardes. Alejados de las obras de demolición que se realizan en las calles del poblado golpeado por el terremoto, intentan distraerse con este deporte.
Son jóvenes de entre 15 a 22 años. Apenas unos seis aguardan la gran ola, mientras otros nadan a su alrededor. Algunos se sientan en la arena para contemplar el atardecer.
El surf y las olas son terapias para algunos habitantes de Canoa, en estos días. Pero su gran momento para distraerse llega hoy con un torneo para Máster (competidores de 35 años en adelante) organizado por la Federación Ecuatoriana de Surf y el Ministerio de Turismo. Al certamen llegarán los experimentados Andrés Fernández, Mario Goncálvez, Felipe Rodríguez… Serán 60 surfistas que mostrarán sus habilidades entre hoy (14 de mayo) y mañana.
A Eduardo Salazar, quien también práctica surf, se le ocurrió la idea de armar el torneo tras el movimiento telúrico. Y se concretó el certamen con la aprobación de las autoridades que trabajan en la zona.
Pero ‘zas’ vino otra idea: armar un campamento sustentable para los damnificados con sus amigos de Brigada Surfistas por un Techo. “Me pregunté ¿qué me ayudaría a mí en esta situación? Y me di cuenta que necesitaría un lugar donde pueda estar con mi familia y la gente no me viera como un bicho raro”, cuenta Salazar.
Hizo llamadas y se unieron más surfistas, integrantes del Colectivo Madre Tierra, de la Organización All Hands de los Estados Unidos y otras personas de empresas privadas locales e internacionales. Así -afirma- Salazar se juntó cerca de USD
25 000. Entre todos consiguieron un terreno de 200 hectáreas, en las periferias de Canoa y se diseñó un plan.
Desde la semana pasada, en el terreno se realizan tareas de asentamiento de la tierra, se miden las distancias y se ubican carpas para el campamento. El plan es albergar a 300 personas de 50 familias de la zona que perdieron sus viviendas.
Al terreno han acudido los surfistas, los voluntarios de las organizaciones e, incluso, los militares para realizar las tareas, en estos días. La idea es colocar las carpas de 30 metros cuadrados para cuatro familiares, cada una con luz y agua.
Iván Aguilar, uno de los que brinda asistencia técnica, va más allá. Él quiere que la gente críe pollos y chanchos. También tilapia. Con esto, quiere que los damnificados tengan una actividad propia para sustentarse. Cristina Vinueza, de la organización Conagro, también habla de una cocina comunitaria y una cancha de fútbol para los moradores .
Con todo esto, el proyecto de los surfistas se expandió. Eso sí, Salazar no olvida la actividad deportiva. Por eso, todos los Máster del Torneo de Surf se subirán a un bus para visitar el campamento. La inscripción para estos consistirá en una canasta de donaciones de USD 20 en adelante.
Durante los próximos meses se harán eventos deportivos de distintas disciplinas, como ganchos para atraer turistas.
Turismo
Un grupo de surfistas hace labores sociales para recuperar las zonas afectadas por el terremoto. Hay una agenda de eventos deportivos.