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El suicidio se puede prevenir con diagnóstico

Se calcula que en el 2020 podría haber 1,5 millones  de muertes por esta causa. Foto: Wikicommons.

Se calcula que en el 2020 podría haber 1,5 millones de muertes por esta causa. Foto: Wikicommons.

Se calcula que en el 2020 podría haber 1,5 millones
de muertes por esta causa. Foto: Wikicommons.

El 31 de mayo del 2014, ‘Manuel’ discutió con su madre. Ella, llorando, llamó a su hija ‘Teresa’, para contarle lo sucedido. El joven tenía 29 años, de los cuales uno pasó en una clínica de rehabilitación de adicciones. Al salir intentó recuperar su vida: ingresó, sin éxito, a una universidad a distancia y estaba trabajando en una mecánica.

Ese día, Teresa llamó a su hermano para hablar sobre la discusión con su madre. Entre otras cosas, le dijo que solo él podría ayudarse a salir adelante. Manuel respondió que pronto todo pasaría.

Ofuscado y triste, ingirió un ácido de mecánica. En la ambulancia pidió perdón a su familia por lo que hizo. En el hospital del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social, los médicos les dijeron que debían despedirse. Tenía su aparato digestivo destrozado y murió en la madrugada.

Según la Organización Mundial de Salud, en el mundo cada año, más de 800 000 personas se suicidan. Esta es la segunda causa de muerte de gente de 15 a 29 años y se calcula que por cada persona que se mata, otras 20 lo intentan. Por ello, se recomienda asumirlo como problema de salud pública.

En el Ecuador, la prevención forma parte del plan Estratégico Nacional de Salud Mental, implementado en el 2014 por el Ministerio de Salud. Este programa abarca prevención en autolesiones y suicidios, además de atención en casos de pacientes que ya hayan atentado contra sí mismos. Se enfoca en trastornos como depresión, alcoholismo o esquizofrenia.

El Ministerio de Educación, en cambio, planifica reforzar los Departamentos de Consejería Estudiantil este año, con un profesional por cada 300 estudiantes, para que se trate dentro de las aulas estos temas.

La noticia de que Manuel no sobreviviría afectó a su familia. Teresa cuenta que no recibieron atención psicológica cuando su hermano salió de la clínica de reposo ni cuando falleció. Tiene cierto sentimiento de culpa por haber discutido con él ese día. Ella llevó a su hija de 11 años a terapia para que enfrentara la partida de su tío Manuel, a quien era muy cercana.

Para el psicólogo David Landázuri, se debería hacer diagnósticos en las escuelas, para detectar desórdenes. “El problema de la salud mental es que muchas veces no se diagnostica a tiempo, para brindar un tratamiento oportuno”.

Sugiere que en empresas e instituciones educativas deberían hacerse pruebas anuales como prevención y tratar a la salud mental como algo natural y no como un estigma.

Isabel tenía 12 años cuando empezó a sentir que no era parte de su familia. Un día, su padre la regañó al verla con un cuchillo sobre sus venas. Le impidió que se las cortara y ocultó lo sucedido a la madre.

Pero a los 28 y a los 30 años volvió a intentarlo. “Sentía mucha presión, tenía mucha angustia y desesperación”. Dice que fue un intento de llamar la atención de su familia. Se sentía abandonada.

Landázuri recomienda separar las autolesiones del suicidio. El uno, en efecto, es una forma de llamar la atención, por “histerias mal llevadas”. El otro tiene que ver con psicopatologías que derivan en la muerte.

La última vez que Isabel tomó pastillas, su hijo, de apenas 12 años, la encontró. “Mi esposo me hizo contarle lo que quise hacer y por qué. Para mí fue un despertar. A los últimos que yo hubiese querido fallar en mi vida es a mis hijos”.

Fue internada en una clínica psiquiátrica y descubrió que tenía trastorno límite de personalidad. La medicación, la terapia y la promesa que hizo a sus hijos, hoy le ayudan a salir de sus crisis.