El 26 de febrero de 2025, las autoridades hallaron los cuerpos parcialmente momificados de Gene Hackman, de 95 años, y Betsy Arakawa, de 65, en su casa de Nuevo México.
Según los informes, Arakawa falleció alrededor del 12 de febrero debido a un síndrome pulmonar por hantavirus.
Mientras que Hackman murió aproximadamente el 18 de febrero por enfermedad cardiovascular aterosclerótica hipertensiva, con el Alzheimer como factor contribuyente.
El último deseo de la suegra de Gene Hackman
Yoshie Feaster, madre de Betsy Arakawa y suegra del reconocido actor Gene Hackman, ha solicitado a las autoridades que protejan las imágenes y videos relacionados con las muertes de su hija y su yerno, dice un artículo de Infobae.
En documentos judiciales obtenidos por la revista People, Feaster expresó su deseo de evitar que material sensible sea divulgado públicamente.
“Me presento humildemente ante este tribunal para solicitar que se respete mi derecho a llorar en paz y se reconozca que tengo el derecho constitucional de evitar ver imágenes de la casa de mi hija, su cadáver, el cadáver de su esposo y el cadáver de su perro”, declaró Feaster. “El espectáculo mediático en torno a la muerte de mi hija es algo que ningún padre debería tener que vivir”, dijo, según Infobae.
Decisión judicial sobre la divulgación de material
El juez Matthew Wilson, de Nuevo México, dictaminó que se pueden divulgar ciertos documentos e informes relacionados con la investigación, siempre y cuando las imágenes de los cuerpos sean editadas para ocultar los rostros de los fallecidos. Así lo señala una publicación de Telemundo.
La postura de la familia Hackman
El abogado de la familia Hackman, Kurt Sommer, argumentó que la publicación de imágenes y videos de la residencia violaría la privacidad de Hackman y Arakawa, quienes siempre buscaron mantenerse alejados del ojo público.
Sommer destacó que ambos tomaron medidas conscientes para evitar la atención mediática, lo que hace inapropiada la divulgación de material sensible.
Un legado de privacidad
Susan Madore, publicista de Hackman, reveló que el actor y su esposa estaban “horrorizados” por las invasiones a su privacidad en los últimos años. Ambos valoraban su anonimato y vivían de manera reclusa en Santa Fe, lejos del bullicio de Hollywood.