El estilo con ‘puntería’ del bajo de Sting

El bajo preferido de Sting es un Fender modelo ‘Precision’, de 1955, caracterizado por tener un solo micrófono. Foto: AFP

Más allá de las preferencias y generaciones, la gran mayoría de bajistas guarda un profundo respeto por Sting. Así lo han demostrado las charlas que EL COMERCIO ha tenido con algunos de los bajistas más interesantes del medio.
“Personalmente, pienso que es un ícono”, asegura Juan Terneus, líder de la Hot Choclo Blues Band. Para él, Gordon Thomas (el nombre real de Sting) fue importante al empezar con el instrumento de cuatro cuerdas. Incluso confiesa que copió sus líneas de bajo en esos años formativos. “Gracias a él llegué al jazz, porque sus acordes y arpegios vienen de ahí, del reggae e incluso de lo clásico. Le gusta Bach”.
Terneus lo ha visto cinco veces en vivo y hasta tuvo la oportunidad de conocerlo y charlar con él al iniciar la gira Sacred Love del 2003, en Miami.
“De casualidad fui para conocer el sitio del concierto y lo encontré ensayando. (...) Me acerqué, lo saludé y él fue muy gentil. Coincidió que su esposa (Trudie Styler) estaba en Ecuador como productora del documental ‘Crude’. Me contó un poquito de eso y yo le comenté lo importante que era su música para mí”.
Un contemporáneo suyo es Álex Alvear, bajista y vocalista de Promesas Temporales, Mango Blue y otros proyectos. Para él, Sting también ha sido siempre un referente e incluso se atreve a decir que su influencia “para muchos de los (bajistas) veteranos es muy fuerte”.
Alvear resalta sobre todo su estilo de composición, al que describe como “mínimo pero con puntería”, uno que tiene como propósito servir a la música más que al instrumento.
Álex también lo vio en vivo y de esa experiencia resalta su sobriedad en el escenario. “No es un showman, no baila ni habla mucho”, recalca. Algo con lo que el quiteño se identifica con Sting, aparte de que ambos son bajistas, cantantes y compositores, es la forma de tocar el bajo con el pulgar.
Algo con lo que coinciden algunos de los consultados es que ese estilo de la mano derecha con el apoyo del dedo gordo (técnica propia de la guitarra) al índice y el medio, más el uso de la vitela, han definido un sonido y una escuela para las generaciones venideras.
Esta influencia bien pudo darse sin necesidad de ser un seguidor acérrimo del exlíder de The Police. Por ejemplo, Toño Cepeda, multifacético bajista de grupos del nuevo milenio como Can Can o Biorn Borg, reconoce que si bien Sting no ha tenido un influjo directo en él, su legado musical le resulta digno de resaltarse.
“El ‘groove’ (ritmo) que maneja es superefectivo y simple. Eso me gusta de él. No es una influencia pero sus líneas son superbuenas y musicales; se pueden cantar”, afirma.
En los bajistas locales de las nuevas generaciones este respeto se mantiene y se aprecian los mismos valores resaltados por sus colegas de levas previas. Mauricio Vega (Sarcoma, Sergio Sacoto, etc) no duda en destacarlo como artista más que como estrella.
“Es de los pocos que han logrado mantenerse vigentes durante tanto tiempo. En 30 años no se quedó viviendo de lo que hizo en los primeros 10. Cada disco que saca es una obra de arte”, sentencia.
Vega intuye que su autoridad es más directa en bandas y bajistas que ahora son o fueron escuchados por nuevos músicos. En este punto coincide Álvaro Andrade de Munn y Veda, quien pese a no ver a Sting como influencia, cita como ejemplo a Mute Math, una de sus bandas preferidas y una en la que él escucha claramente la marca de Sting desde el bajo hasta la voz.
Por otro lado, Hassan Dahik de Ismusqa Brown y la Groove Machine, una novel propuesta de funk local, dice que Sting sí lo ha marcado directamente porque “fue una inspiración para ser bajista y vocalista”.
A más de las otras bondades del británico en las que coincide con sus colegas, Hassan recuerda que algo particular de su sonido es el uso de la vitela y el contraste de esa técnica en la que emplea los dedos de la mano derecha para pulsar las cuerdas.
Efectivamente, Sting ha marcado a distintas generaciones de bajistas y músicos, y Ecuador no es excepción. Con su bajo Fender ha predicado un virtuosismo que radica en la musicalidad más que en la espectacularidad.
Los bajos
Bajos antiguos. Aparte del Fender de 1955, Sting tiene uno de 1957 que compró en una tienda de segunda mano.
Señal limpia. A diferencia de bajistas modernos que emplean muchos efectos, Sting conecta sus bajos directamente a su
amplificador.