‘Steve Jobs’, entre luces y sombras

El actor Michael Fassbender, nominado a un Oscar por ‘12 años de esclavitud’, le da vida al fallecido empresario Steve Jobs. Foto: Archivo particular

El actor Michael Fassbender, nominado a un Oscar por ‘12 años de esclavitud’, le da vida al fallecido empresario Steve Jobs. Foto: Archivo particular

El actor Michael Fassbender, nominado a un Oscar por ‘12 años de esclavitud’, le da vida al fallecido empresario Steve Jobs. Foto: Archivo

No existe un patrón específico, pero hay ciertos momentos en la vida que pueden revelar el carácter y la personalidad de una persona. Valiéndose de esa arbitrariedad, el guionista Aaron Sorkin ha escogido tres momentos claves para reconstruir la intimidad de un hombre público en el filme Steve Jobs, dirigido por Danny Boyle.

No es el primer filme que intenta retratar al informático estadounidense, pero ‘Steve Jobs’ no es del todo otra cinta biográfica, sino una mirada propia y llena de contrastes producto de la sinergia creativa que comparten Sorkin y Boyle, ganadores del Oscar por el guion de ‘La red social’ (2010) y la dirección de ‘Slumdog Millionaire’ (2008), respectivamente.

Pero hacía falta un rostro y es ahí donde Michael Fassbender aparece como el tercer elemento de una efectiva fórmula. Desde la fantasía de una viñeta hasta la crueldad de un esclavista, Fassbender es un actor versátil.

Aunque a primera vista no hay una similitud notoria con los rasgos físicos del verdadero Jobs, el actor empieza a reconstruir al personaje entre emociones y expresiones bien trabajadas a lo largo de dos horas, en las que se enfrenta no solo al paso del tiempo, sino a distintos roles que se yuxtaponen como capas de pintura en un retrato.

Para revelar al hombre detrás del genio, la cinta toma como puntos de referencia las presentaciones del primer Macintosh en 1984, del NeXT en 1988 y el primer iMac en 1998, donde el telón de cada evento aparece como símbolo y frontera de tres diferentes dramas.

El primero explora la historia con su exnovia Chrisann Brennan (Katherine Waterston) y la hija de ambos Lisa Brennan (Makenzie Moss), a quien Jobs negó.

En el segundo acto, Seth Rogen se desembaraza de la comedia para ofrecer una convincente interpretación como Steve Wozniak, socio y amigo al que Jobs le daría la espalda.

Finalmente está la relación con John Sculley (Jeff Daniels), el hombre que llegó a la dirección ejecutiva de Apple y que terminó expulsando a Jobs de la empresa.

Y es que rasgando sobre esa superficie, los realizadores primero se arriesgan a desmitificar al genio para luego exponer las vulnerabilidades del hombre.

El director no solo que sabe aprovechar la fama y experiencia de actores como Michael Fassbender, Kate Winslet o Jeff Daniels, también sabe cómo equilibrar esas interpretaciones con el trabajo de actores menos experimentados como Katherin Waterson o las tres actrices que, en distintos momentos, le dan vida a la hija de Jobs y que de cierto modo se convierte en el puente que le da continuidad a los tres momentos expuestos.

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