La actriz argentino-ecuatoriana Carolina Piechestein llevará a Quito el show ‘Bruta’, en agosto. Foto: Cortesía Carolina Piechestein
También a nivel personal se aplica aquello de que la primera vez la historia se manifiesta como algo trágico y la segunda como farsa. Así fue para la actriz argentino-ecuatoriana Carolina Piechestein que transformó en una comedia el final de una relación de pareja, de la que surgió el monólogo ‘Bruta’.
En la pieza de ‘stand up comedy’ la actriz trabaja alrededor del desamor, con lo que las mujeres pueden llegar a hacer con el corazón roto. Encarna a una mujer adicta a las redes sociales y torpe en el amor, consumida por los constantes abandonos, las exigencias de la sociedad y por los cuestionamientos de su madre.
“La obra surgió a partir de una ruptura fuerte que tuve y me comencé a preguntar: ¿Dios, voy a tener que pasar de nuevo por todo esto? En vez de mortificarme opté por reírme, por escribir y crear el personaje”, cuenta la artista, que al igual que la ‘Bruta’ de su obra, logró desintoxicarse, sanar sus heridas y dejar todo atrás.
Piechestein, quien fue una de las protagonistas de la serie cómica ‘Así Pasa’ (Ecuavisa), es una de las representantes locales del monólogo cómico, un estilo donde los comediantes se dirigen directamente al público, tradicionalmente vinculado a los hombres, pero en el que las mujeres ganan terreno. “Es necesaria la mirada femenina. Además hay muchas cosas para hablar, desde la comicidad, de la mujer. A una se le alteran las hormonas y termina llorando viendo dibujitos animados. ¡Y por eso nos dicen locas!”.
El próximo viernes ‘Bruta’ abrirá el show de Alejandra Azcárate que presenta su monólogo ‘Descárate con la Azcárate 2’ en el Teatro Sánchez Aguilar de Guayaquil, mientras que el sábado la colombiana actuará en la Casa de la Música, en Quito. En agosto será el turno de ‘Miss cuarenta’, de la colombiana Paula Arcila.
Azcárate aborda desde el humor negro temas como los celos, la constante búsqueda de pareja, las frustraciones, el matrimonio, los ‘ex’, la luna de miel, las suegras, la convivencia, el sexo o la infidelidad. “Para realizar este trabajo hay que saber observar y escuchar. Hay experiencias personales (en el show) porque por principio no hablo de lo que no sé, pero también hay muchas situaciones que he percibido incluso de desconocidos”, explica la actriz colombiana.
El humor surge en sus espectáculos de ‘la efectividad’ de la identificación colectiva, cuando el espectador se ve retratado en su cruda realidad, explica. Las relaciones de pareja están tan presentes en sus trabajos porque es un tema que le inquieta, la confronta y cuestiona, dice.