El profesor Silvio Franzetti da clases vía electrónica a sus estudiantes de Ingeniería. Fotos: EFE y AFP
El covid-19 ha afectado la vida diaria en varios países. Y aquellos lugares que solían atestarse de gente se han quedado en una soledad sobrecogedora.
Sobre todo en los países que cuentan con varios casos, superior a los 100, por ejemplo, las zonas turísticas, aeropuertos, estaciones de transporte, campos deportivos, restaurantes, planteles educativos o centros religiosos, en donde siempre se ven cientos y hasta miles de asistentes, lucen desolados por temor a los contagios.
Algunos especialistas dudan si estas medidas son eficientes, así como la restricción de los viajes. Más bien han sostenido que el combate a este nuevo coronavirus es más efectivo con las precauciones individuales, como el lavado continuo de manos y el aislamiento de los enfermos.
El Gran Canal de Venecia se mantiene totalmente vacío, y las góndolas, atracadas.
Los restaurantes romanos, que suelen recibir multitudes, casi no tienen clientes.
El aeropuerto de esta próspera ciudad suele tener multitudes que van a viajar.
En un restaurante, los clientes comen separados por cajas para evitar los contagios.
Un hombre camina con su mascarilla por la desolada estación de trenes local.
Pequeños grupos de personas caminan por la Kaaba, dentro de la Gran Mezquita.
La basílica portuguesa tiene miles de católicos visitantes en tiempos normales.