La cantante Sole Giménez vuelve con su nuevo álbum que rinde homenaje a las mujeres. Foto: Cuenta de Instagram soysolegimenez
Por “una sensibilidad diferente, ni mejor ni peor que la de los hombres”, porque hicieron hallazgos temáticos, renovaron estilos o escribieron canciones emblemáticas que muchos desconocen que llevan firma femenina“, Sole Giménez vuelve con nuevo álbum para saldar deudas con las creadoras, incluida ella misma.
“La gente se sigue sorprendiendo de que compusiera Alma de blues o textos como el de Cómo hemos cambiado. Me ven como una cantante y así nos pasa a la mayoría. Se nos otorga un papel menor del que realmente tenemos; por eso hay que visibilizarnos en la música“, justifica la artista en una entrevista.
El resultado de su renovado empeño por mejorar esta situación se llama ‘Mujeres de música’ (Altafonte), un libro-disco de gran formato, tanto por su materialización física como por el despliegue de medios, ya que fue grabado por primera vez en su carrera con una orquesta sinfónica (concretamente, la Sinfónica de Bratislava).
“A lo mejor sí es un regalo que me he hecho, pero ¡qué regalo más caro!”, bromea Giménez (París, 1963), quien considera que en estos tiempos en los que la tónica es “hacer cualquier cosa”, honrar a la mujer creadora requería “un envoltorio adecuado y un sitio con letras en grande” que ella ha sufragado de su bolsillo.
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La exmiembro de Presuntos Implicados se ha reservado un hueco con dos temas, la inédita El último vals y Me equivoqué, que ya aparecía en su anterior álbum,Hombres sensibles (2017), pero que “quedó tan bonito” con los arreglos orquestales cuando lo probó con la Orquesta de Valencia que no pudo resistirse a incluirlo en el repertorio final.
Ahí están La flor de la canela de Chabuca Granda, “gloria nacional de Perú” que se animó a componer tras su divorcio y hacerlo “sobre un caballo, un farol o un puente” frente a los estereotipos; también Alguém me avisou de la reina de la samba, Dona Ivone Lara, o Corazón del sur, de la argentina Eladia Blázquez, quien renovó con lirismo el entonces muy masculino mundo del tango.
“Nosotras lo tenemos más fácil que muchas de ellas, pero eso no significa que esté todo hecho: queda que no se nos pida ser un escaparate, que se nos valore por nuestro talento, que sea normal que el autor de una canción sea un hombre o una mujer y que esta cope más puestos de responsabilidad en la industria y en los medios musicales”, precisa.
Giménez, que incluye en su selección a la española Mari Trini (“Tendríamos que reflexionar cómo hemos podido dejar en el olvido su talento”, denuncia), apuesta asimismo por dos autoras jóvenes como Rozalén y la mexicana Natalia Lafourcade, poseedoras de “un sello inconfundible y una apuesta por decir y hacer cosas que antes no se habían hecho”.
“Las que llegaron tienen mucho sentido para mí. Hay canciones que me han acompañado durante años y luego busqué composiciones de determinadas autoras, de diversas generaciones y países”, explica Giménez, quien circunscribió al ámbito latinoamericano el radio de acción: uno, por ponerse “las cosas fáciles” (“Canto mejor en idiomas latinos”, reconoce) y, dos, “porque la música en nuestro idioma se valora muy poco”, opina.
De hecho, este “Mujeres de música” aparece dedicado en su primera página a María Dolores Pradera, “una maestra que aunaba las patas de este disco: unir las dos orillas del Atlántico y visibilizar a la mujer creadora, como hizo con Chabuca y otras”.
“Nada casual” que el álbum, que llevaba año y medio gestándose, se publique en la semana del 8 de marzo del 2019 , retomando intentos previos de Giménez como el disco-libro con mujeres que realizó hace años para Intermón Oxfam con la iniciativa “Avanzadoras: 12 canciones a mujeres que avanzan y hacen avanzar”.