Con jeans, zapatos Converse y camiseta negra con una medalla estampada en el pecho, el pequeño Cristian Escobar dirigió a la tropa: sus amigos de consulta del área pediátrica del hospital de Solca, en Guayaquil. Tiene 10 años y a pesar de su corta edad batalló contra la leucemia. Su corte de cabello al ras es la huella de las quimioterapias, a las que dejó de asistir cuando recibió un trasplante de médula ósea. “Gracias a Dios estoy sano”, dice y se acomoda la gorra con la que lo invistieron como líder de la campaña Guerreros por la vida.Con esta iniciativa, Solca busca aliados que aporten económicamente para la construcción de un laboratorio de pruebas de histocompatibilidad en la Unidad de Trasplantes de Médula Ósea. La meta es recaudar USD 200 000. Ayer, en la presentación de la campaña, Cristian tomó la posta del niño Leandro Cedeño. “Él dijo que los pequeños con cáncer son guerreros, porque luchan cada día”, recordó Juan Tanca Campozano, presidente de Solca.Leandro falleció, pero sus palabras inspiraron una cruzada solidaria. Los médicos de Solca aseguran que con el laboratorio se tendrán rápidamente los resultados de las pruebas de compatibilidad de los donantes de médula, lo que acelerará el proceso de trasplante. Actualmente esos análisis se realizan en otros centros del país e incluso en el exterior.La convocatoria fue a través de telegramas, uno para cada gue rrero aliado. Se repartieron en empresas y llegaron a las Cámaras de la Producción, cuyos presidentes se comprometieron a distribuir formularios de donación entre sus socios y agremiados. Tras llenar el formulario, los donantes recibirán la llamada de un ‘call center’ para concretar la cifra, ya sea un aporte o mes a mes. Ayer, la voz de guerra de los niños con cáncer se hizo oír. “No te pido que luches mi batalla / No te pido que estés en mi lugar’”, fue el coro que entonaron Álex, Michelle, Valeria, Cristina y otros pequeños pacientes del hospital. Frente a los micrófonos, los cantantes Douglas Bastidas, Vivi Parra y el coro del Colegio Logos acompañaron el himno de Guerreros por la Vida. Daniel Sais, músico y ex tecladista de Soda Stereo, los escuchaba desde una silla. Él fue el creador de la canción. A esa hora, en el primer piso, decenas de pacientes esperaban su turno de consulta junto a las áreas de quimioterapia y radioterapia.María del Carmen Yépez, presidenta del Comité de Damas de Solca, reconoce que hacen falta recursos. “Esta es una enfermedad cara. Las quimioterapias, radioterapias, braquiterapias pueden costar de 1 000 a 3 000 dólares. Nosotros subsidiamos entre 20 y 100% del total de los gastos”.Solo para gastos operativos Solca requiere USD 24 millones, según el vicepresidente de la entidad, José Modesto Apolo. El Estado aporta con USD 20,7millones en total (cerca del 45% de todo el presupuesto). Ese es el equivalente a lo que recibía antes del 2008, cuando se eliminó el beneficio del impuesto a los créditos.Y aunque la cifra de pacientes subió (pues dan atención gratuita a beneficiarios del Bono de Desarrollo), el aporte del Gobierno no ha variado. Apolo indica que al mes destinan USD 1 460 000 para exoneraciones. Antes del 2008 ese monto era de USD 600 000. El promedio de atención al mes en Solca es de 37 000 pacientes. De ese total, 100 son niños, como el pequeño Cristian Escobar.