Un pequeño gato fue hallado golpeado en las inmediaciones del parque de El Arbolito y se presume que vivía en el edificio de la Contraloría. Foto: cortesía Christian Rivera
Tres mascotas –dos perros y un gato– fueron rescatadas durante las manifestaciones que se registraron en Quito entre el 3 y 13 de octubre de 2019. Los animales fueron hallados con golpes y asfixiados.
Según Christian Rivera, técnico gestor de riesgos, gracias a la ayuda de un grupo de estudiantes de la carrera de atención prehospitalaria de la Universidad Central del Ecuador, los animales fueron adoptados a las pocas horas de haber sido atendidos.
“Al primer animalito que encontramos fue en San Blas. Se trató de un perro mestizo que había sido impactado de rebote por una bomba lacrimógena. Fue hallado inconsciente y con asfixia”, recordó Rivera.
El segundo perro fue hallado en una de las calles aledañas a la Asamblea Nacional, donde se registraron las protestas más violentas. “Se presume que debido a los petardos y voladores que estallaron en esos días, el animal se aturdió y salió a la calle. Apareció en medio de los manifestantes y del humo lacrimógeno. Estaba asfixiado”, añade Rivera.
Este perro fue hallado asfixiado por el humo lacrimógeno en una calle aledaña a la Asamblea Nacional, donde se registraron las protestas más violentas. Foto: cortesía Christian Rivera
El gato fue la mascota que resultó más golpeada. Fue hallado en las inmediaciones del parque de El Arbolito y se presume que vivía en el edificio de la Contraloría. “El gato había sido golpeado muy fuerte porque lo habían confundido con una rata. Apareció cuando el edificio empezó a arder, por eso se cree que vivía en el edificio”, concluye Rivera.
Al día siguiente del rescate, los animales encontraron hogares de acogida. El perro mestizo fue adoptado por una mujer que estudia psicología en la Universidad Central. El poodle fue acogido por un guardia de seguridad del hospital Eugenio Espejo; mientras que el gato fue adoptado por una señora que vive en los condominios de La Tola.
Los 11 días de protestas en Ecuador en contra de las medidas económicas que adoptó el Régimen de Lenín Moreno, también tuvo un personaje icónico en Cuenca: el perro Firulais, quien apareció ladrando frente al cerco policial y corriendo detrás de los gendarmes que se transportaban en moto, en imágenes similares al perro Lukanikos de Grecia, un símbolo de las protestas del 2010.
Otro can fue encontrado con asfixia por el impacto de las bombas lacrimógenas durante las protestas en Quito. Foto: cortesía Christian Rivera
Esas imágenes que se volvieron virales en redes sociales, permitieron que Mario Álvarez, dueño de Max –el verdadero nombre del can- reconozca a su mascota que se había perdido dos años atrás. Luego de las jornadas de protesta, el perro fue evaluado y se le halló restos de gas pimienta en sus ojos.