‘Un violador en tu camino’ tocó fibras de ecuatorianas que se atrevieron a hablar

Mujeres participan durante la coreografía 'Un violador en tu camino' en Guayaquil. Foto: Cortesía Estéfano del Pino

Mujeres participan durante la coreografía 'Un violador en tu camino' en Guayaquil. Foto: Cortesía Estéfano del Pino

Mujeres participan durante la coreografía 'Un violador en tu camino' en Guayaquil. Foto: Cortesía Estéfano del Pino

“Yo tenía 10 años, estaba en mi casa y con pijama… Me costó 20 años y un tratamiento psiquiátrico largo entender que, obviamente, la culpa no era mía ni dónde estaba ni cómo vestía”. La experiencia de ese potente mensaje que Paula, una mujer chilena, compartió en su cuenta de Twitter, la han vivido mujeres en Ecuador. Lo confesaron tras la iniciativa del colectivo Las Tesis, iniciadoras del performance ‘Un violador en tu camino’.

El viernes 29 de noviembre del 2019, mujeres de Ecuador y del mundo hablaron el mismo lenguaje: el de visibilizar la violencia, asegura la guayaquileña Valeska Chiriboga. “Eso, para mí es maravilloso”.

“Y la culpa no era mía ni dónde estaba ni cómo vestía. Y la culpa no era mía ni dónde estaba ni cómo vestía. El violador eres tú”, es el mensaje principal de una canción armada minuciosamente por Las Tesis, para denunciar la violencia contra las mujeres.

En Quito y Guayaquil, mujeres replicaron la coreografía y el mensaje que las chilenas hicieron públicos en el marco del Día Mundial por la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, frente al Palacio de la Moneda de su país. Un violador en tu camino, se trasladó desde ese punto del Cono Sur hacia todo el mundo.

En ciertos fragmentos de la canción, las mujeres se ponen en cuclillas. Se trata de una representación de lo que varias han denunciado en Chile: eran obligadas a ponerse así, desnudas, frente a los carabineros de ese país.

¿Qué impacto tuvo en Ecuador? En Guayaquil tuvo mucha incidencia, dice Valeska. En esa ciudad, la convocatoria la hicieron colectivos como Aborto Libre y La Cubeta Batucada Feminista.

Las redes fueron importantes, señala la joven activista. “Muchas mujeres pudieron hablar de su experiencia. Y sirve para que cuando sufran violencia puedan hablar, es como una catarsis para ellas”.

Testimonios desgarradores se multiplicaron en Twitter y Facebook. Dan cuenta de lo cercanas que se encuentran las víctimas de sus abusadores sexuales: abuelos, tíos, padrastros, primos, hermanastros, familiares políticos, vecinos, amigos...

“Y la culpa no era mía (mi ex). Ni donde andaba (sala de mi casa inmóvil). Ni como vestía”.

“Y la culpa no era mía (era amigo de mi papá). Ni dónde andaba (dormía en mi cuarto). Ni como dormía (apenas tenía 6 años)”.

“La culpa no era mía (7), ni donde andaba (casa de abuelos), ni como vestía (ropa de niña), el violador eres tú (primo)“.

Familiares también usaron redes para dar a notar el problema de violencia de género en Ecuador, tras la acción. “Y la culpa no era de mi prima (15 años) ni dónde estaba (en la casa de mi abuela) ni cómo vestía (uniforme de colegio). #ElVioladorEresTú si tú, familiar lejano, al que toda la familia defendía, porque la “falda de mi prima provocaba” aunque sea la que el colegio le imponía”. Escribió en Twitter Juan Francisco Luzón.

Las mujeres de Aborto Libre Guayaquil identificaron que, además, se visibilizó un problema. “Los potenciales violadores, con quienes las mujeres vivimos, abiertamente han dicho que deberían violarnos por haber irrumpido en la calle”, sostiene Valeska Chiriboga.

Liza Acosta, integrante de La Cubeta, asegura que las mujeres en Guayaquil están cada vez más empoderadas. Por eso se organizan para enfrentar las agresiones que sufrieron a través de redes, luego del performance.

Ellas están pensando en crear archivos con los comentarios negativos y presentarlos a manera de denuncia, a través de otro performance u otra acción. “Una opción es publicar los nombres de esas personas que incitan al odio y la discriminación".

Tras el performance, que se realizó en la Plaza de la Administración del Puerto Principal, las guayaquileñas han sido atacadas con comentarios misóginos y burlas, asegura Acosta. Entre otras cosas, les llamaron “bestias, ojalá apareciera el monstruo de los andes para que las desaparezca”.

Laura tiene 11 años y es la hija de Liza. Juntas aprendieron la letra de la canción y participaron de la actividad. Liza comenta que analizaron línea a línea la letra y su hija, que al igual que ella ha sido víctima de violencia, entiende el problema de la violencia de género y la identifica cada día, cuando caminan juntas por las calles de Guayaquil y son acosadas por hombres.

En Quito, la actividad también se realizó el viernes 29 de octubre del 2019, en el parque El Arbolito y en la Plaza Foch. Ana Mora fue parte del performance en la capital.

Para esta joven, replicar la actividad performática fue valioso para la ciudad. Por un lado –sostiene- logró mostrar el poder simbólico que representa tomarse el espacio público y, además, causó incomodidad. Esto último, dice Mora, es la labor de las organizaciones sociales, entre ellas, del movimiento feminista.

“Tenemos que comenzar a calar en espacios no politizados y en espacios que la gente no interioriza temas como la violencia de género o el rol de la mujer y su lucha histórica”. Para ella es gratificante, como mujer y como militante, “ver y saber que existimos muchas mujeres haciéndonos oír, cuidándonos y generando nuevos espacios de lucha”.

El mensaje de las chicas que salieron a la calle aún recorre las redes. En Quito y Guayaquil, como en Chile, París, México y Bogotá, ‘Un violador en tu camino’ permitió a mujeres entender que haber sido violadas no fue culpa suya ni del sitio en el que estaban al momento del abuso ni de la ropa que usaban, asienten las mujeres.

Los testimonios quedaron registrados en confesiones de víctimas de violencia sexual en sus entornos más cercanos. “Y la culpa no era mía: 9 años; ni dónde estaba: casa de mis padres; ni cómo vestía: vestido largo”.

Entre enero y noviembre del 2019, 95 mujeres fueron violentamente asesinadas en Ecuador por el hecho de ser mujeres, la mayoría de ellas por parte de sus parejas y exparejas. Desde el 2014, las víctimas de femicidios suman 720, según la Alianza para el Monitoreo y Mapeo de los Femicidios en Ecuador.

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