El 7 de abril del 2021 ingresaron 300 000 dosis de la vacuna china Sinovac. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO
Las vacunas desarrolladas para combatir la enfermedad covid-19, provocada por el virus SARS-CoV-2, recibieron la aprobación de uso de emergencia por parte de organismos internacionales y en varios países. Esto significa que tienen una eficacia alta y pueden aplicarse a la población. Sin embargo, como han sido probadas en grupos reducidos, todavía se debe vigilar la seguridad, calidad y efectividad.
Esta aprobación se entregó a las farmacéuticas: Pfizer-BioNtech, AstraZeneca y Sinovac. Las tres ya han enviado sus primeros cargamentos a Ecuador. En total han arribado 799 330 fórmulas. Ayer, miércoles 7 de abril del 2021, ingresaron 300 000 de la china Sinovac y el sábado 10 llegarán 700 000 más, según el Gobierno.
Las dos primeras obtuvieron la certificación de organismos internacionales, como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) y la Agencia de Medicamentos Europea (EMA), respectivamente. Su eficacia va entre el 82 y 95%.
Mientras que Sinovac obtuvo los permisos de la Administración Nacional de Productos Médicos de China. Su eficacia oscila entre 50 y 90%.
Además, cada país cumple con un proceso de aprobación similar. La Agencia de Regulación y Control Sanitario (Arcsa), de Ecuador, hizo lo propio. Lo explicó Enrique Terán, experto en farmacología y docente universitario, a EL COMERCIO, este jueves 8 de abril del 2021.
Él destacó que las dosis que han arribado al país tienen “resultados eficaces y han demostrado ser seguras y sin peligrosidad alta”. Sin embargo, hay que entender que no es lo mismo aplicar la fórmula a 45 000 que a dos millones de personas.
Por ello, las autoridades sanitarias deben mantener el seguimiento para determinar si existen o no efectos o reacciones adversas producto de la dosis.
Hasta el momento, uno de los posibles eventos adversos más importantes es el aparecimiento de trombos (coágulos de sangre), tras la aplicación de la fórmula de AstraZeneca. No obstante, las autoridades mundiales aún no han encontrado una relación o nexo entre este síntoma y la dosis.
“Los organismos han destacado que estos eventos se dieron por coincidencia, por lo que todavía no hay una relación directa. Por ello recomiendan que se valore el beneficio frente al riesgo, es decir, es más probable que una persona muera por la enfermedad que por la vacuna”, señala el galeno.
En países como Alemania -relata Terán- han decidido aplicar una a una parte de la población y otro tipo al resto de habitantes. “Ellos lo pueden hacer porque tienen una gran cantidad de fórmulas, pero en Ecuador eso no es posible, debido a que no hay suficientes vacunas, por lo que las autoridades no deberían generar pánico o miedo en la población sobre una dosis u otra”.
Esta reflexión se da en el marco de las declaraciones del secretario de Gabinete, Jorge Wated. El miércoles 7 de abril del 2021, en el Colegio Central Técnico, en el norte de Quito, en donde grupos de ciudadanos esperaron durante más de cuatro horas para la inoculación, Wated sostuvo que a ese punto habría llegado un lote que no era.
“Aquí tiene que entrar Pfizer. Han traído un lote que no era, por lo que debimos hacer correctivos inmediatos. Nosotros no vamos a exponer a nadie de más de 80 años a una vacuna que no sea Pfizer o Sinovac; es la que nos da tranquilidad”.
Para Terán, sus palabras generaron un pánico o miedo innecesario en la población de adultos mayores, quienes han sido los más afectados por el virus. Y reiteró que las fórmulas son eficaces y hasta el momento no han provocado problemas mayores en ese grupo etario.