Imagen referencial. Una regulación vigente habla del uso no obligatorio de las faldas y de la opción de que se las reemplace por pantalones de la misma tela; y de llegar a un acuerdo en la comunidad educativa, por jeans. Foto: Archivo / EL COMERCIO
¿Qué es más cómodo e incluso más seguro para las colegialas: usar falda o pantalón jean? De eso se ha debatido en redes sociales desde el pasado viernes 12 de julio, cuando EL COMERCIO publicó una nota sobre la nueva disposición para los planteles municipales, en la que se señalaba que las chicas ya no tendrían que usar faldas, medias nylon y tacones.
En Twitter, un hombre aseguró que incluso las estudiantes podrían enfrentar problemas de salud. Y en relación a eso, el ginecólogo y profesor de la Universidad UTE, Andrés Calle, explicó que la ropa ajustada en general, las licras y también los jeans muy pegados, podrían causar excesiva sudoración a nivel genital. Eso podría convertirse en un caldo de cultivo para enfermedades vaginales.
“Si una mujer tiene vida sexual activa hay más riesgo cuando usa ropa ajustada de sufrir vaginitis, una infección y secreción vaginal. Y suele ser más frecuente en pacientes que tienen más problemas de infecciones a las vías urinarias”.
Sobre el uso de las medias nylon, el ginecólogo Calle indicó que si se llevan con falda o vestido no hay mayor problema porque existe circulación de aire en la zona genital. Y que también dependerá del tipo de ropa interior que lleve la muchacha, se sugiere que no sea de materiales sintéticos.
En todo caso, la opción de llevar falda o pantalón no es nueva. En el sistema fiscal y privado es posible desde el año lectivo 2018-2019, que terminó recién, en Sierra y Amazonía. Y que concluyó en la Costa.
En septiembre del 2018, la Subsecretario de Apoyo, Seguimiento y Regulación de la Educación recordó que estaba vigente una regulación, sobre uniformes. En el articulado se habla del uso no obligatorio de las faldas y de la opción de que se las reemplace por pantalones de la misma tela; y de llegar a un acuerdo en la comunidad educativa, por jeans.
¿Qué ha pasado con esa disposición? Este Diario conversó con tres rectores de planteles públicos, que pidieron la reserva de sus nombres. Todos coincidieron en que la mayoría de sus alumnas no ha escogido la opción de dejar de lado las faldas. Dos presidentes de consejos estudiantiles confirmaron ese comentario.
Solange Cepeda, quien preside el Consejo Estudiantil del Instituto Nacional Mejía, aseguró que su uniforme tiene 122 años de historia y que sus compañeras han preferido quedarse con la falda negra, que usan desde hace siete, cuando se abrió la opción de que las chicas ingresen al plantel.
Dennis Martínez, del Dillon, comentó que las autoridades les hablaron de la opción a sus compañeras, pero que ha visto a muy pocas con pantalón de tela en lugar de la falda. “Ellas han preferido seguir usando la falda porque la lucen con mallas. El Código de Convivencia dice que pueden vestir pantalones de la misma tela de la falda, pero con bastas de 20 centímetros y como que a la mayoría no le gustó la idea. No les queda bien porque en general son flaquitas”.
En redes sociales hubo comentarios de todo tipo alrededor de la posibilidad de que las colegialas dejen de usar faldas. Un usuario de Twitter escribió “este tema de la prohibición del uso de falda en los uniformes de los colegios de Quito ha desenmascarado a un montón de machistas retrógados, que piensan que las mujeres deben vestir como a ellos les parece. ¿Dónde estás SXXI?”.
También algunas mujeres adultas contaron sus malas experiencias, los riesgos que sentían al transportarse en buses de servicio público y al caminar por las calles en faldas. Otras contaron que les parecía incómodo usar tacones. Y varias aplaudieron que se haya abierto la opción, para que las colegialas decidan qué les conviene más.