'Enfrento al cáncer, en medio del covid-19, con las defensas por los suelos': Milton Jijón, genetista

Los médicos pensaron que Jijón tenía problema de vesícula, pero en la cirugía descubrieron que tenía un cáncer avanzado en el intestino grueso. Foto: Archivo EL COMERCIO

Los médicos pensaron que Jijón tenía problema de vesícula, pero en la cirugía descubrieron que tenía un cáncer avanzado en el intestino grueso. Foto: Archivo EL COMERCIO

Los médicos pensaron que Jijón tenía problema de vesícula, pero en la cirugía descubrieron que tenía un cáncer avanzado en el intestino grueso. Foto: Archivo EL COMERCIO

"Durante más de 30 años gocé de una 'salud de hierro', sin gripes ni enfermedades digestivas, peor hipertensión o diabetes. Participé de todas las carreras pedestres de Ecuador, entre ellas, por 31 años de la Quito-Últimas Noticias; también de algunas competencias internacionales. Por eso fue una sorpresa sentir súbitamente tenebrosos y progresivos dolores abdominales, sin antecedentes, los primeros días de diciembre 2019", relata Milton Jijón, genetista, quien fue director científico de la Misión Manuela Espejo y por años dirigió el Hospital Pediátrico Baca Ortiz.

En el último mes del 2019, Jijón regresaba de dictar unas charlas en Argentina. Los médicos pensaron que era un problema de vesícula, pero en la cirugía descubrieron que tenía un cáncer avanzado en el intestino grueso, que invadía otros órganos abdominales.

El 24 de diciembre, en Navidad, fue operado nuevamente. Fue, dice, una cirugía agresiva y radical. Y de inmediato comenzó con la quimioterapia. Pudo comprobar las razones por las que muchos claudican, es decir abandonan el tratamiento o fallecen: "el dolor es inevitable, un dolor quemante como agua hirviendo, parecido a descargas eléctricas y misteriosas en brazos y piernas; al caminar se siente como pisar en vidrio molido, las yemas de los dedos duelen como si les hubieran dado martillazo".

Desde la operación -cuenta el genetista- ha asistido a las sesiones de quimioterapia, que le han provocado discapacidad. "Los médicos me prohibieron trabajar, no he podido ver a mis pacientes pues podrían tener una simple bronquitis y eso sería muy peligroso en mi condición. Hasta hace poco no podía casi moverme. Mi organismo ha ido adaptándose a las quimios, ya puedo mover mis manos y pies".

El cáncer es un enemigo mortal -anota- pero ha aprendido que para superarlo se requiere fortaleza. Sin embargo se sintió mucho más golpeado cuando llegó la emergencia sanitaria provocada por el covid-19, en febrero, al Ecuador. "Los pacientes con cáncer tenemos inmunodeficiencia causada por la quimioterapia; nuestras defensas están por los suelos. Imagínense qué pasaría si nos contagiáramos con este virus. No sobreviviríamos. Siento temor al contagio, pero más que nada impotencia al ver cómo se reparten los fondos públicos, que se requieren para tratamientos en los hospitales".

En estos siete meses del 2020, el genetista dice haber entendido lo que es vivir con enfermedades discapacitantes, como las catastróficas o raras, que presentan cientos de sus pacientes. "En mi caso, espero superar esta situación. Ya estoy por terminar la fase de quimioterapias, debo recuperarme, he perdido 50 libras. Pero ha sido doloroso enfrentar esta etapa, en la que el sistema sanitario no responde. Y además hay personas, funcionarios públicos, legisladores y más que han sacado carnés de discapacidad sin tenerla. Muchos de mis pacientes los requerían solamente para tratar de acceder a fármacos a mejores precios, no carros lujosos. Me pregunto cómo es que el Gobierno ha consentido eso. Quiero recuperar mi salud, volver a mi consulta y quizá incluso presentarme en las próximas elecciones, es un tema que he pensando en estos meses en los que no he podido trabajar".

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