Los supletorios no deben ser una crisis familiar

Los supletorios o remediales no deben ser un problema que afecte a la familia. Foto: Galo Paguay / El Comercio.

Los supletorios o remediales no deben ser un problema que afecte a la familia. Foto: Galo Paguay / El Comercio.

Los supletorios o remediales no deben ser un problema que afecte a la familia. Foto: Galo Paguay / El Comercio.

Después de finalizar las clases, muchos padres sienten preocupación sobre el rendimiento escolar de sus hijos. Los supletorios o remediales son los temas más temidos al finalizar un año lectivo que en ocasiones generan un golpe emocional para los estudiantes y padres.

Para Rolando Mendoza, psicólogo educativo, los supletorios no deben ser considerados como un problema familiar que afecte a todos los miembros del hogar. “Para que esto no ocurra es necesario que los padres realicen un acompañamiento durante todo el año”. El objetivo es que los niños y jóvenes sientan un respaldo de su familia en todos los procesos de aprendizaje que realizan fuera de casa.

Sin embargo, el rendimiento escolar está ligado al entorno familiar de los estudiantes. “Si un niño vive una situación de violencia, le será difícil concentrarse en clases y por ello tendrá problemas en los deberes y exámenes”.

Mendoza recomienda que si los supletorios recayeron sobre uno de los niños, lo mejor es aceptarlo y realizar una planificación en la que se determine los horarios para estudiar y el tiempo que se le dedicará ya que hay materias que requieren de más horas de estudio. “Los golpes y los gritos no solucionarán el bajo rendimiento de los estudiantes”, dice Mendoza.

Por ello el especialista recomienda que los padres deban escuchar a sus hijos y tratar de entender por qué no tienen un buen rendimiento. Además la preparación es fundamental para rendir un buen examen. Lo ideal es realizar tareas que refuercen los conocimientos adquiridos durante todo el año. Recuerde que lo mejor es ofrecer soluciones y generar un plan de estudios.

Suplementos digitales