Los casos de viruela del mono en Ecuador continúan en ascenso. En dos semanas los contagios pasaron de 16, el 9 de agosto, a 35, según el informe del Ministerio de Salud del 23 de agosto. Es decir, 19 registros más.
En comparación con otros países, dijo el titular del ramo, José Ruales, Ecuador tiene pocos casos. En Perú, por ejemplo, las infecciones llegan a 867 y en Brasil son 3 183.
Al existir una transmisión comunitaria de la viruela del mono, Gabriela Zambrano, especialista en medicina interna e infectóloga, señala que los casos están subdiagnosticados. Es decir, no se los identifica cuando en realidad la enfermedad sí está presente.
Según la especialista, la comunidad médica no está educada para reconocer la viruela de forma temprana. Esto principalmente porque las manifestaciones clínicas han cambiado y en muchos casos, no son como las de África Occidental o Central, en donde esta viruela es endémica.
“Ahora hay manifestaciones clínicas distintas, con síntomas atípicos“, dice la experta.
Síntomas atípicos
Zambrano menciona que no necesariamente las lesiones o pápulas son grandes e infectadas, como usualmente se muestra. Por el contrario, muchos de los casos pueden tener apenas una lesión en la piel y en el rostro puede ser algo similar a una espinilla.
Por ello la especialista habla de un subdiagnóstico. Si no hay un adecuado entrenamiento de los médicos para reconocer la enfermedad, “la dejan pasar”.
El no reconocer la viruela del mono de manera temprana, ocasiona que la cadena de contagio no se rompa y la transmisión siga su curso.
“Ese es el problema. No hay capacitaciones para entrenar a los médicos a que vean las manifestaciones atípicas y que puedan reportar los casos a tiempo”, sostiene Zambrano.
La infectóloga menciona también que en Estados Unidos ya se reportó un caso asintomático de viruela símica. Por eso, un diagnóstico a tiempo y adecuado es aun más necesario.
El docente e investigador Alberto Narváez también menciona que hay un subregistro de casos. Explica que los que se detectan son los que llegan a las unidades de salud, pero también hay otros que no acuden y por lo tanto no hay un registro.
Para el especialista, la situación se complica, además, porque la transmisión ya es comunitaria y muchos de los infectados no tienen relación con personas que han viajado. No se trata de casos importados.
¿Qué medidas tomar?
Gabriela Zambrano recalca que los médicos deben capacitarse para reconocer cuadros atípicos de la enfermedad. El Ministerio de Salud, como ente rector de la salud, debe facilitar los medios para hacerlo.
También hay que insistir en medidas como el uso de alcohol al 70%, el lavado continuo de manos, el uso de mascarilla.
Además de eso, dice la especialista, si bien todavía se está investigando, al ser una enfermedad potencialmente de transmisión sexual, se deben tomar medidas de prevención como reforzar el uso del preservativo.
“Hay que hablar claro, sin miedos, quitar los estigmas sobre el sexo y sus prácticas. Eso ayudaría mucho para cortar la discriminación que hay sobre la enfermedad”.
Zambrano recuerda que el contagio no solo se da por relaciones sexuales, sino por un contacto cercano y prolongado. Esto también da lugar a un contagio doméstico, entre miembros del hogar, lo que significa un riesgo para niños y adultos mayores.