Problemas que las parejas tienen con el sexo

Varios estudios demuestran que las parejas que mantienen relaciones sexuales seguidas son más felices que las que no las tienen. Foto: Pixaby

Varios estudios demuestran que las parejas que mantienen relaciones sexuales seguidas son más felices que las que no las tienen. Foto: Pixaby

Varios estudios demuestran que las parejas que mantienen relaciones sexuales seguidas son más felices que las que no las tienen. Foto: Pixaby

Suelen alejar a la pareja, le impide resolver conflictos o le hace sentir fusionada a un elemento pegajoso. Según el doctor Michael Karson, profesor de Psicología de la Universidad de Denver, Colorado, estos problemas de la relación a menudo se ven reflejados en su vida amorosa (o la falta de ella).

Contrario a esto, identificar y arreglar las dificultades de su vida sexual no puede solamente mejorar el sexo sino que también arregla otros problemas, porque es difícil sentirse distante o molesto frente a alguien que le proporciona mucho placer.

“No estoy sugiriendo que un encuentro amoroso sobre la paja o la arena es la respuesta a la rabia, sugiero que una vida sexual permanente, confiable y gratificante puede ayudar a no sentirse como un objeto de placer únicamente.

La mera reproducción no requiere del placer ni de sus complicaciones. La reproducción puede ser manejada con el instinto, como si pestañáramos o respiráramos. Pero en lugar de ello es más fácil sobrevivir a las tormentas si la pareja se une bajo ese placer que el sexo crea y que esto les convierta en compañeros de vida. Este concepto explica por qué la mujeres tienen orgasmos, a pesar de que no son necesarios para la reproducción”, señala Karson.

Añade que una pareja pudiera sentirse secreta o abiertamente descontenta con la frecuencia o el contenido del encuentro sexual, llevando esto a un resentimiento o falta de entusiasmo por otros aspectos de la vida en común.

“Esto se ve más en los hombres que en las mujeres, en parte porque ellos están típicamente conectados y también por la diferencia de su rol en comparación con que el que la mujer adopta. De todas maneras, la persona que desea tener encuentros sexuales más a menudo necesita establecer estrategias para lograrlo mientras que su pareja requiere de una estrategia para comprender las necesidades que él o ella tiene en lugar de alejarse y no poner interés alguno en el tema”, añade.

Para muchas parejas con problemas sexuales es difícil discutir el tema. Crecieron en familias en la que el sexo era tabú o innecesario, así que no lo ven como una parte vital de sus vidas y tampoco miran al romance y al matrimonio como instituciones sexuales.

Una consecuencia de esto puede ser que él o ella se sienta vulnerable cuando sugiere a su pareja tener un encuentro sexual como al comienzo de la relación, pues cree que la respuesta será el rechazo. Esto lleva a sentirse intensamente rechazado o traicionado.

Las parejas a menudo caen en la trampa de comparar su relación y sentirse puestos de lado al recordar aquellos días de ensueño de los primeros encuentros sexuales y a las imágenes de pasión que Hollywood trae a la pantalla. “Si se supone que el sexo es una distracción o algo espontáneo o destructivo, es fácil sentir que no vale la pena planificar un encuentro y alcanzar todos los orgasmos posibles el día siguiente”, dice Karson. Añade que uno de los dos pudiera sentir que el sexo significa validación o libertad o conquista, pero que no lo está recibiendo de su pareja.

“Si te sientes esencialmente feo(a) e indeseable, tu pareja no logrará hacerte sentir atractivo(a) y deseable, pero una persona extraña si lo conseguiría. Muchas personas que crecen en familias sexualmente represivas asocian al sexo con la libertad.

El sexo dentro de una relación estable puede sentirse como sumisión, como que finalmente la bestia ha sido sometida. El sexo con la pareja puede ser siempre divertido pero no es liberador o rebelde si se creció pensando que era una imposición. Finalmente, el sexo para algunas personas puede significar tan solo una conquista”.

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