El Centro de Operaciones de Emergencia rescató 139 perros desde el 2015 en Quito. Estos habían sido maltratados por sus dueños. Dalila, una perra bóxer, sufre de desnutrición. Foto: Diego Pallero/ EL COMERCIO
Dalila, una perra bóxer, llegó a tener a sus nueve años el peso que tuvo cuando era cachorra: nueve kilos. En su cuerpo se puede ver claramente los huesos de su columna, costillas y cadera, tiene tumores y laceraciones en las patas.
Por su delgadez, a esta mascota se le formaron dos escaras en la parte posterior de su cuerpo -en la cadera-. Estas exponen los tejidos del animal. La piel que había en esas zonas desapareció.
La historia de Dalila muestra una parte del maltrato que sufren los animales en Quito. Su caso no es aislado, desde enero del 2015 a la fecha (14 meses) se han rescatado a 139 perros en malas condiciones de salud: golpes, atropellados, sin alimentación, encadenados…, explicó Christian Rivera, director del Centro de Operaciones de Emergencias de la Alcaldía de Quito (COE).
Dalila,por ejemplo, vivía con su dueña en La Gasca, pasaba en la terraza encadenada junto a un perro mestizo. No tenían una buena alimentación.
Tras denuncias de los vecinos, el Centro de Operaciones de Emergencias de la Alcaldía de Quito (COE) y la Agencia Metropolitana de Control rescataron a los animales, el 13 febrero. Ahora ellos se recuperan en una clínica veterinaria.
Los exámenes de laboratorio determinaron que Dalila tiene anemia, deshidratación, problemas digestivos y renales. La situación del otro perro es menos crítica. Él no pasaba encadenado y lograba alimentarse con comida que tiraban los vecinos a la terraza.
Por las condiciones en las que se encuentra la perra bóxer se requiere un tratamiento largo, mencionó Juan Carlos Molina, médico veterinario. “La perrita requiere al menos un mes de cuidados”.
Otro caso: Nala, una bulldog, que aparentemente era usada para reproducción, tuvo un desenlace distinto a Dalila. Ella vivía en San Carlos y, el jueves 18 de febrero, fue encontrada por los rescatistas encandenada y sin alimentación. Además la perra tenía una hemorragia y agonizaba, agregó Rivera.
Ese mismo día Nala fue trasladada a una clínica veterinaria, pero falleció. Su compañero, un bulldog fue también rescatado y llevado a una fundación de bienestar animal. En ambos casos a los propietarios de estos animales se les inició un proceso administrativo sancionador.
La Ordenanza Metropolitana 048, que trata sobre la Tenencia, Protección y Control de la Fauna Urbana, establece en el artículo 249 que la persona que por acción u omisión, cause daño, produzca lesiones o deterioro a la integridad física de un animal de compañía será sancionado con pena de 50 a 100 horas de servicio comunitario. Y si se causa la muerte del animal será sancionada con pena privativa de libertad de 3 a 7 días.
Rivera expresó que la actual administración trabaja en la preservación de la vida, en todas sus formas. Él reconoció que a diario se reciben llamadas para rescatar a animales de compañía y silvestres.
Las personas pueden realizar las denuncias al 02 2952-300, en la Agencia Metropolitana de Control.
Aparte de perros, en estos 14 meses el COE informó que se ha brindado ayuda a serpientes, armadillos, venado, búho, iguana. En total, incluidos, animales de compañía y silvestres, en este periodo se han rescatado a 188.