Uno de los escenarios para fiestas de graduación de una promoción de bachilleres es el Quórum del Paseo San Francisco, en Quito. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO
El sábado 27 de julio del 2019 fue un día especial para Sofi. Lo había esperado meses, cuenta mientras se prueba el vestido de USD 800 que sus padres le compraron para la gran noche en que tenía previsto presentarse como bachiller, en pasarela, del brazo de su mamá, en la fiesta de promoción de su colegio.
La joven aún recuerda los días difíciles que tuvo que pasar mientras estuvo enferma. Recibió clases desde su casa y tuvo que esforzarse el doble para obtener buenos resultados, asegura su madre, Lorena Hoyos, quien no duda al decir que su hija “se lo merece”.
En casa de una de las organizadoras de la fiesta de graduación, María Fernanda Bowen, Sofi, Emilio y Priscila ultimaban detalles, el jueves. Una comisión integrada por tres madres se encargó de preparar todo para el evento del 27 de julio del 2019, en el Quórum del Paseo San Francisco, en Quito.
En sitios como este, chicos de colegios de la capital realizan sus festejos de graduación. Lorena Ramírez, del Quórum, asegura que la demanda para los eventos es alta en esta temporada, por lo que las reservas se hacen con dos años de anticipación.
Irene Holguín, madre de familia del colegio Terranova, cuenta que, por la magnitud e importancia de ese evento para los chicos y sus familias, se organizan desde que los chicos entran a segundo de bachillerato, con actividades que les permitan recaudar fondos y pagar una parte de todos los detalles que requiere la fiesta.
En esa institución vendieron shawarmas y hamburguesas. En otras realizaron rifas y obras de teatro. Con los fondos, detalla Holguín, el valor de la cena, por persona, quedó en USD 150. A este costo se suma la producción del evento y el atuendo de gala de los graduados y los padres de familia.
Marco Ponce, presidente ejecutivo de Évano Producciones, dice que los padres hacen un presupuesto de entre USD 13 000 y 15 000 para darle un concepto a la fiesta. Entre las temáticas sobresalen la del Circo del Sol, Broadway o Tomorrowland.
Las temáticas se aplican a través de decoración, iluminación, efectos y recursos audiovisuales. Ponce indica que esta producción puede costar desde USD 10 000 hasta 50 000.
Según la comisión organizadora del colegio Tomás Moro, la inversión mínima por familia fue de USD 870, para la fiesta de una promoción de 86 chicos. Al evento, organizado en el Quórum, fueron invitadas 1 160 personas, entre quienes fueron a la cena y solo a la fiesta.
Familiares prueban vestidos para la fiesta de graduación. Ese gasto es adicional. Foto: EL COMERCIO
“Es mi única hija”, dice la madre de Priscila. Por eso -asegura- cualquier esfuerzo vale la pena para que la fiesta se convierta en un día inolvidable.
Para la mamá de Sofi es algo novedoso, por eso le emociona tanto, asegura. Recuerda que en la época de su graduación, después de la incorporación, cada graduado festejaba en familia o iban a una discoteca.
En salones como los del Swissotel, donde se realizó, por ejemplo, el evento de los bachilleres del ISM International Academy, se programan de 15 a 20 fiestas de grado durante los meses de julio y agosto, en el período escolar que finalizó. El hotel ya registra reservas para el 2020 y 2021.
En paquetes como los del JW Marriott, el montaje de las graduaciones, además de las mesas redondas para la cena, incluyen una pasarela para la presentación de los graduados con sus padres, una mesa larga principal para jóvenes, una pista de baile y una tarima para shows musicales o de entretenimiento.
Priscila esperaba que fuera una noche para recordar la vida en el colegio. Se le hacía difícil explicar el significado del día. Solo atinaba a decir que tenía una mezcla de emociones.