Los quintillizos tendrán atención médica gratuita y becas escolares

Marcy Salazar y Víctor Eduardo Campoverde son los padres de los quintillizos. La madre de 28 años seguirá bajo observación durante tres días más en el hospital Alfredo Paulson. Foto: cortesía Junta de Beneficencia de Guayaquil
Aún permanecen en incubadoras, pero ya tienen garantizados sus chequeos médicos y cupos asegurados cuando llegue el momento de ir a la escuela. Los quintillizos de Marcy Salazar -de 28 años de edad- y Víctor Eduardo Campoverde -de 31- recibirán atención continua de la Junta de Beneficencia de Guayaquil (JBG).
Los pequeños nacieron la mañana del miércoles 9 de junio del 2021 en el hospital de especialidades Alfredo Paulson, que es parte de la Junta. Por ahora permanecen bajo observación en una de las salas de neonatología del pediátrico Roberto Gilbert.
El parto fue por cesárea y tuvo el soporte de un equipo conformado por más de 40 profesionales, entre gineco-obstetras, neonatólogos, anestesiólogos, terapistas respiratorios y personal de enfermería.

La tarde de este jueves 10 de junio de 2021, Marcy y Víctor fueron visitados por Juan Xavier Cordovez, director general de la JBG. La joven madre recibió un ramo de rosas mientras descansaba en una de las salas de hospitalización.
“Llegan en un momento especial, porque nos traen vida en un momento de tanto problema. Nos traen esperanza”, dijo Cordovez antes de anunciar que los que bebés tendrán cinco años de atención médica gratuita en los centros de la JBG y becas para cursar la escuela y el colegio en establecimientos de la institución.
Tras el nacimiento de los bebés, el teléfono de Víctor no para de sonar. Ha recibido llamadas de empresas y donantes particulares que se han comprometido la entrega de cientos de pañales, pañitos húmedos, biberones, suplementos alimenticios… Los quitillizos incluso ya tienen sus propios coches y pañaleras.
También en ese celular conserva las fotos que pudo hacer a cuatro de sus hijos luego de que nacieran y que ha compartido con su familia. Solo le faltó captar a una, pero pronto espera verla.

Junto a Marcy ya eligieron los nombres de sus hijos. Son Marilyn, Isabella, Víctor Xavier, Thiago Eduardo y Mateo Ezequiel es el más pequeño.
“Me siento afortunado, muy contento y a la vez nervioso y con miedo. Pero tengo muchas ganas de ver que mis niños se recuperen pronto y tenerlos pronto en casa, en nuestros brazos”, dijo conmovido frente a los medios de comunicación que acudieron al hospital Alfredo Paulson esta tarde.
La noticia de un embarazo múltiple no le sorprendió. En la familia de Víctor hay varios gemelos y trillizos. Él tuvo tiempo atrás gemelos, pero fallecieron. Ahora, junto a Marcy, se alistaba para tener trillizos. Pero una ecografía en enero reveló que eran cinco.
Para José Fernando Gómez, inspector de la Junta de Beneficencia, este es un hecho histórico relevante para la institución. Él fue parte del equipo que en 1993 recibió a los sextillizos Rodic. “En esa ocasión esperábamos cinco chicos y el sexto estaba arriba del hígado”, recordó.
Érika Arteaga, madre de los sextillizos Rodic, visitó a Marcy para alentarla y para revivir su historia. Ella recordó que recién 48 horas después del parto pudo verlos, tan pequeños e indefensos que podía sostenerlos en una mano.
“Sé cómo se debe sentir. Sé que son prematuros, pero hay que tener mucha fe. Mis hijos nacieron de libra y media y se los encomendé a Dios. Antes no estaba la ciencia tan avanzada como ahora, por eso creo que los niños van a salir bien”, dijo Arteaga.
Los embarazos múltiples usualmente están asociados a tratamientos de fertilidad. Pero Iván Altamirano, director técnico del hospital Alfredo Paulson, explicó que el caso de Marcy fue natural. “Uno de cada 50 millones de gestantes tienen embarazos quíntuples”.
Fue un embarazo de alto riesgo. El especialista recordó que la joven madre tuvo que pasar por un cerclaje del cuello del útero para evitar un aborto. Luego fue hospitalizada dos semanas antes de la cesárea. Así logró completar las 32 semanas de gestación.
Los quitillizos Campoverde Salazar son atendidos en la unidad de cuidados de intensivos neonatales (UCIN) del Roberto Gilbert. Cecilia Masache, jefe del Servicio de Neonatología del pediátrico, aseguró que pese al cuadro crítico su estado es estable.
El 35% de los nacimientos prematuros tienen riesgos. Pueden surgir complicaciones pulmonares e infecciones por lo que son continuamente monitoreados.
“Su promedio de estancia podría ser de dos a tres semanas, para estabilizarlos y que puedan ir a casa, garantizando su buen estado”, indicó la especialista. Esta tarde Marcy esperaba reencontrarse con sus bebés. Fue citada a la UCIN para alimentarlos y así poder acelerar su recuperación.