En Cruz Roja se realizan exámenes de detección de VIH y asesorías gratuitas. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO
En una pequeña sala con dos sillones y una mesa, la psicóloga Vanessa Jara recibió a María (nombre ficticio). Era la primera vez que la adolescente, de 17 años, se realizaba la prueba de VIH, y resultó positiva. De inmediato, Jara -técnica en sexualidad de la Cruz Roja– le informó sobre lo que significa vivir con la infección.
Antes de eso le preguntó ¿cómo fue la práctica sexual? y ¿qué ocurrió? Así se prepara el camino y se trata de que la noticia llegue con el suficiente conocimiento. En las asesorías también se orienta para prevenir la transmisión del VIH.
El virus de inmunodeficiencia adquirida se contagia por vía sexual, sanguínea o vertical (madre a hijo). Ataca al sistema inmunológico, que es la defensa natural del cuerpo frente a virus, bacterias y hongos.
En Ecuador se registró un crecimiento en el número de casos positivos. En el 2018 hubo 33 473 personas con VIH. 10 171 más que en el 2017, cuando se contaron 23 302.
La tasa de incidencia -diagnósticos nuevos- en el 2017 fue de 0,22 por cada 1 000 habitantes. Mientras que la prevalencia -casos existentes- llegó a 0,3; está por debajo del promedio latinoamericano, en donde se registra un 0,5, según el Ministerio de Salud Pública.
Una de las razones del aparente crecimiento de casos positivos es que hay un diagnóstico temprano. Eso se traduce en un tratamiento oportuno, explicó David Larreátegui, infectólogo del Hospital Carlos Andrade Marín del IESS.
Pero en el país, según la Cartera de Salud, solo la mitad de quienes viven con VIH conoce su situación. Eso ocurrió con María, quien se hizo la prueba solo como un trámite previo a viajar, para estudiar becada.
En la Cruz Roja, la adolescente contó que el contagio se produjo, seguramente, en su primera y única experiencia sexual. Al día se detectan 10 casos nuevos de VIH en Ecuador, el 33% en Guayas.
Esos datos se presentaron en marzo, en la suscripción del Plan Estratégico Multisectorial de VIH 2018-2022.
En el Andrade Marín se detectan 370 casos nuevos al año. La mayoría de pacientes de 18 a 40 años, el rango de mayor índice de transmisión del virus.
La edad de contagio también ha disminuido en los últimos años. Cada vez hay más adolescentes con el virus, alerta Larreátegui. “Falta información y educación sexual en planteles y en los hogares”.
En el HCAM se atiende a 2 600 pacientes de los 3 100 registrados. El resto no se ha acercado a recibir el tratamiento, que se basa en la toma de antirretrovirales. En el país, solo el 84% de los diagnosticados sigue un tratamiento.
Este año, el Estado ha invertido en medicamentos para estos pacientes USD 8,1 millones de los 22,4 millones asignados, según el Ministerio.
En el Cuadro Nacional de Medicamentos Básicos, presentado en agosto, se anexaron dos fórmulas: dolutegravir y atazanavir; suman así 14 fármacos para tratar el VIH.
Son menos tóxicos y con pocos efectos adversos. Insomnio, cansancio extremo y mareos eran algunas reacciones a las anteriores fórmulas, indicó el infectólogo Juan Ignacio Gaviria. Es especialista del Hospital General Quito Sur, del Seguro Social, donde se atiende a 70 personas seropositivas.
Los nuevos medicamentos aún no han llegado, dice, pero “mejorarán la calidad de vida. Sirven además para que la carga viral baje rápidamente”.
Esto implica que las personas podrían llevar una vida normal. Incluso mantener una relación sexual sin protección.
Al no tener una carga viral -explica- el paciente se convierte en un portador del virus y no contagia. Pero se recomienda el uso del preservativo para evitar enfermedades de transmisión sexual, como el herpes, gonorrea, sífilis y otras.
Las sugerencias también constan en la Guía Práctica Clínica de Prevención del VIH, publicada en julio de este año, en el Registro Oficial.
En este documento se destaca la terapia anticipada, que implica dotar al paciente del tratamiento lo antes posible, la profilaxis en personas sanas (entrega de fármacos para prevenir el VIH) y la inmunización. Los infectólogos Gaviria y Larreátegui dicen que hay dos vacunas esenciales: influenza y hepatitis B. En menor medida, la del neumococo.
El Ministerio dispone de 10 vacunas; no todas recomendadas para todos los pacientes, depende de la carga viral.
La dosis de SRP (sarampión, rubéola y paperas), por ejemplo, no está recomendada rutinariamente, a menos que no la hayan recibido o se confirme ausencia de inmunidad.
“Los médicos deben tomar en cuenta estas recomendaciones para evitar deterioro en la salud”, anota Efraín Soria. Dirige Fundación Equidad, que trabaja con seropositivos.
“La nueva guía es interesante y está actualizada, pero aún falta aplicarla en los hospitales”, en especial en temas importantes como el acceso de los adolescentes a las pruebas de detección del virus, sin autorización previa de sus padres. Esta también es una recomendación de la Asociación Panamericana de Infectología.
María es una de 15 personas que llegan a diario ala Cruz Roja, en Quito. “Aún no se habla de sexualidad de forma clara”, comenta la psicóloga Jara. Enseguida, Ricardo Jiménez, referente nacional de VIH en esta entidad, subraya que en el país hace falta prevención.
“En la región hay campañas masivas y frecuentes. Acá no se ve mayor cosa”.