Tocaron a una y respondieron todas. Las estudiantes de un colegio de Quito al que pertenece la joven que denunció haber sido víctima de violación por parte del conductor de su transporte escolar se manifestaron con globos, carteles y gritos. Piden justicia para su compañera, y que no se tomen represalias contra ellas por protestar. Aseguran que recibieron amenazas.
“Nunca más tendrán la comodidad de nuestro silencio”. Fue una de las frases con la que quieren hacer llegar un mensaje a su compañera, víctima de violación: el de que no está sola y le creen.
Le creen, contrario a lo que ocurrió el jueves pasado, aseguran sus padres. Este martes ellos reiteraron que las autoridades del plantel no le creyeron a su hija, no los atendieron y manifestaron que la joven estaba en estado de embriaguez. Esto, pese a que el día de la violación vieron cómo el conductor se dio a la fuga, confirmó la rectora del colegio, Jeanneth Orejuela.
El padre de la víctima, además, asegura que recién el lunes el Ministerio de Educación se contactó con él. Y el día de la agresión sexual, las autoridades de la institución les habrían dicho que no tienen los datos del conductor.
Esta sería una negligencia, ya que esa obligación del plantel consta en un Acuerdo Ministerial del 2018. Guillermo Lara, abogado de la víctima, señala que preparan una queja dirigida al Ministerio para dar a conocer estas irregularidades.
Los exámenes preliminares, dice el abogado, evidencian sustancias ajenas al ADN. El jueves se conocerá si se trata de escopolamina. Además, asegura que las autoridades no acompañaron a la víctima para ese proceso. “Ellos le creyeron al violador, que dijo que la chica estaba tomada. Lo mismo dijo el dueño (del vehículo), en lugar de llamar a la Policía, por eso pudo escapar”
Pero en declaraciones dadas este martes, la ministra de Educación, María Brown, negó la versión de los padres y aseguró que se actuó dentro de los tiempos correctos. Lo mismo dice la Rectora del plantel. Sobre las declaraciones de los padres sostuvo que “no es cierto”, ante los medios.
La actuación es inmediata
Tanto el protocolo de actuación en casos de violencia como el Código de la Niñez establecen que, en casos de agresión sexual, la institución debe tomar acciones en máximo 24 horas, señala la directora de Rescate Escolar, Sybel Martínez. Sin embargo, enfatiza en que la debida diligencia es actuar con inmediatez en estos casos.
El Acuerdo Ministerial que se refiere al transporte escolar también señala que en las unidades debe haber un acompañante para alumnos de educación inicial, básica preparatoria (primero de básica) y elemental (segundo, tercero y cuarto de básica). La persona debe ser un docente o funcionario administrativo del plantel.
Significa que las instituciones educativas no están obligadas a enviar un acompañante para los estudiantes más grandes en el transporte escolar, pese a que están en situación de vulnerabilidad como lo muestra este caso de violación. “El Ministerio debería modificar el acuerdo”, sostiene Martínez.
Hay un audio del trayecto hacia el colegio
Este Diario tuvo acceso a un audio, grabado por un compañero de la víctima en el trayecto hacia la institución educativa. Durante 38 minutos y 32 segundos, la estudiante no paró de llorar y de pedir que alguien le ayude. “Les juro que me violó”, “él me hizo tomar y me violó”, repite durante todo ese tiempo.
Se lo grita, incluso, directamente al ahora prófugo: “Tú me violaste”, “yo no quería, “tú me violaste”. En el audio se escuchan respuestas como “cállate”, “estás loca”, “estás borracha”. También se alza el volumen de la música para evitar que los gritos de auxilio se escuchen. La madre de la víctima contó que ella era la primera de su ruta en ser recogida para ir al colegio.
En otro momento del audio se escucha la voz de una persona que se identifica como el dueño del bus. Esa voz dice “cálmese señorita, esa es una acusación muy grave”. Además, en varias ocasiones asegura que no es la primera vez que conoce de casos así. “Yo quiero que se haga justicia, señor, hágame justicia porque me violaron”, le respondió la víctima, a gritos y sumida en llanto.
En las declaraciones dadas este martes, el coordinador jurídico del Ministerio, Roberto Acosta, dijo que no tenían conocimiento de que el dueño de la unidad estuvo en el trayecto a la institución. “Están tan perdidas las autoridades, que ni siquiera saben en dónde tienen que plantear el proceso”, sostiene el abogado de la víctima.
¿Por qué se duda de una víctima?
Se sigue pensando, dice Martínez, que las niñas, niños y adolescentes mienten. “Estamos más propensos a castigar una actuación de ellos y no indagar lo que realmente ha sucedido”. Al pensar que los menores actúan de mala forma, explica la abogada y activista por los derechos de la niñez, se los trata como objetos de tutela y no como sujetos de derecho.