Pacientes reclaman por falta de fármacos en el IESS

Fátima España muestra algunos de los medicamentos que han donado los familiares que pacientes que fallecieron mientras luchaban contra el cáncer. La fundación los entrega a otros afiliados, solo con presentar las recetas médicas. Foto: Elena Paucar / EL C

Fátima España muestra algunos de los medicamentos que han donado los familiares que pacientes que fallecieron mientras luchaban contra el cáncer. La fundación los entrega a otros afiliados, solo con presentar las recetas médicas. Foto: Elena Paucar / EL C

Colón Sánchez acudió a la Fundación Esperaza y Vida, en Guayaquil, para pedir al IESS que agilite la entrega de un fármaco para sus quimioterapias. Cinco usuarios de esta asociación han presentado medidas cautelares para acceder a medicina especializada. Foto: Elena Paucar / EL COMERCIO

Una vitrina en la Fundación Esperanza y Vida, en Guayaquil, conserva los fármacos que algunos pacientes no lograron tomar a tiempo. Fallecieron luchando contra duros diagnósticos -cáncer, en su mayoría-, y sus familiares decidieron donar la medicación.

“Hoy nos llegaron unas medicinas”, dice Fátima España, integrante de la fundación, mientras abre una funda repleta con pastillas. “Los entregamos a otros pacientes, cuando vienen con sus recetas”.

Pero algunos aún no logran conseguir los costosos medicamentos que los especialistas les prescriben para sus complejas enfermedades. Colón Sánchez batalla hace dos años contra un linfoma de Hodgkin. Este jueves 14 de marzo de 2019 decidió unirse al reclamo de la Fundación Esperanza y Vida por la falta de medicina en el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS).

“Tuve que presentar una acción de protección ante la Defensoría del Pueblo para conseguir un fármaco y estoy a la espera de una respuesta. Hago un llamado al presidente Lenín Moreno, por favor, tome cartas en el asunto”.

El medicamento que le recetaron es brentuximab vedotin, un tipo de quimioterapia. Los médicos le indicaron que esa medicina puede frenar la enfermedad, dándole la oportunidad de estar listo para acceder a un trasplante de médula ósea.

Fátima España muestra algunos de los medicamentos que han donado los familiares que pacientes que fallecieron mientras luchaban contra el cáncer. La fundación los entrega a otros afiliados, solo con presentar las recetas médicas. Foto: Elena Paucar / EL COMERCIO

“Pero el costo es de USD 5 000 por cada dosis. Yo necesito tres dosis cada 21 días, estamos hablando de USD 15 000 al mes”. Mientras espera el resultado de la medida cautelar tuvo que empezar un tercer ciclo de quimioterapia regular, con fuertes estragos. “Pasé días postrado en cama; es algo horrible”.

Francisca Reinoso es la presidenta de Esperanza y Vida. Reconoce que no es la primera vez que protesta por la falta de medicina porque el problema persiste.

“Cinco pacientes han ganado medidas cautelares. La Defensoría del Pueblo hizo llegar los oficios al IESS. Han pasado 20 días y los medicamentos no han sido entregados”. En gran parte son fármacos que sobrepasan los USD 1 000.

El pasado 8 de marzo, el IESS canalizó la firma de un convenio marco de cooperación con la Organización Panamericana de la Salud. Entre sus puntos incluye la “cooperación para establecer mecanismos que apoyen a la sostenibilidad financiera del fondo de Salud”. También acordaron desarrollar un modelo de calidad de atención y servicios de salud para los establecimientos del IESS

Reinoso asiste a controles en al hospital Teodoro Maldonado del Seguro en Guayaquil. Para su último control por cáncer dice que tuvo que esperar. “Me mandaron un examen de marcadores tumorales de rutina y me dijeron que regrese después. No tenían reactivos”.

La presidenta de Esperanza y Vida también pide al Ministerio de Salud Pública que se apruebe la décima edición del Cuadro Nacional de Medicamentos Básicos, que cursa nuevas revisiones desde julio del año pasado. Quieren conocer si el listado incluye algunos de los compuestos oncológicos que reclaman los afiliados, como enzalutamide y lenalidomida.

Fátima España lucha por su hermana Mariana, a quien le diagnosticaron cáncer de mama. Recuerda que incluso han viajado a Quito, en busca de respuestas. “Eran 17 los pacientes que se unieron para protestar. Algunos nunca recibieron la medicina y a otros les llegó demasiado tarde. Hoy solo viven cuatro”.

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