¿Es necesaria una cuarta dosis contra el covid-19? Especialistas lo analizan

En Ecuador se han colocado más de cuatro millones de dosis de refuerzo contra el covid-19. Foto: archivo / EL COMERCIO

Mientras la vacunación con la tercera vacuna contra el covid-19 alcanza a un 30% de la población, el Ministerio de Salud ya analiza la aplicación de una cuarta dosis para mayo de este año.

Ximena Garzón, titular de Salud, señaló en una entrevista el pasado 23 de febrero del 2022 que se está planificando colocar la cuarta dosis, un tema que fue abordado en una reciente reunión que mantuvo con el asesor médico de la Casa Blanca, Anthony Fauci.

El propósito del Gobierno es colocar una dosis de refuerzo a la población cada cinco meses. Garzón anunció que las personas vacunadas en diciembre volverían a recibir el biológico en mayo de este año y, al igual que en ocasiones anteriores, el primer grupo sería personal de primera línea y adultos mayores.

Inequidad en el acceso a las vacunas

Para el docente e investigador, Alberto Narváez, una cuarta dosis podría funcionar en el país, sin embargo, no es sostenible a largo plazo debido a la inequidad a escala mundial en cuanto al acceso a las vacunas. Mientras algunas regiones tienen más del 85% de inmunización, otras, como África no llegan ni al 10%.

Esta baja inmunización podría provocar el surgimiento de nuevas variantes como ocurrió con Ómicron. "Los Gobiernos no entienden que si no se controla a nivel mundial el covid-19 nos llegará otra variante quizá más contagiosa y letal", dice Narváez.

No hay que ir muy lejos, señala el investigador, al decir que en la actualidad ya circula un sublinaje de Ómicron, la BA.2. Estudios sugieren que es altamente infecciosa y se transmite incluso más rápido que la original (BA.1). Además, como ya se vio con Ómicron, escaparía a la inmunidad por las vacunas.

El especialista considera que más que una cuarta dosis, es necesario avanzar e impulsar la vacunación con el refuerzo especialmente en las personas de grupos prioritarios.

Las vacunas deben actualizarse

De su parte, Fernando Sacoto, presidente de la Sociedad de Salud Pública del Ecuador, menciona un reciente estudio de la revista científica The Lancet que entre sus conclusiones destaca que los laboratorios necesitan redoblar esfuerzos para que las vacunas brinden un rango de protección más grande del que actualmente están ofreciendo.

El galeno recalca que está claro que después de cuatro o seis meses el nivel de protección decrece, sin embargo, no se puede depender de las vacunas por un tiempo indefinido porque las que se están fabricando tienen una protección limitada.

Para Sacoto el Gobierno debe examinar con mayor profundidad y seriedad los estudios científicos al respecto e incluso involucrarse en movimientos mundiales que demandan no solo mayor equidad en las vacunas sino que los laboratorios farmacéuticos trabajen por una mayor efectividad y que no prime el interés comercial por sobre el de la población.

Catalina Yépez, salubrista, indica que antes de pensar en una cuarta vacuna, las autoridades primero deben asegurarse que toda la población vulnerable, con enfermedades base y niños estén inoculados. Posterior a ello sí considera que debe aplicarse para seguir fortaleciendo la inmunidad y avanzar a una relativa normalidad.

La especialista coincide con Sacoto en el sentido de que las vacunas deben actualizarse para que brinden una mejor protección y a un plazo más largo, como la de la influenza que se coloca una vez al año.

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