¿El covid-19 en Quito tiene una baja ‘carga viral’ como afirma Juan Sebastián Roldán?; un epidemiólogo responde

El secretario del Gabinete de la Presidencia de la República, Juan Sebastián Roldán, se refiere a la situación actual del covid-19 en  Quito y Guayaquil durante un programa de televisión. Foto: Archivo / EL COMERCIO

El secretario del Gabinete de la Presidencia de la República, Juan Sebastián Roldán, se refiere a la situación actual del covid-19 en Quito y Guayaquil durante un programa de televisión. Foto: Archivo / EL COMERCIO

El secretario del Gabinete de la Presidencia de la República, Juan Sebastián Roldán, se refirió a la situación actual del covid-19 en Quito y Guayaquil durante un programa de televisión. Foto: Archivo / EL COMERCIO

“¿Qué pasa en Cuenca y en Quito hoy día? Que la gente comenzó a contagiarse más (de covid-19), porque es el proceso natural; va a pasar hoy, va a pasar mañana o va a pasar en dos meses”. Ese mensaje del secretario del Gabinete de la Presidencia de Ecuador, Juan Sebastián Roldán, se ha viralizado en redes sociales.

Según Roldán, “hasta que la enorme mayoría de la gente no se haya contagiado, no van a parar los contagios”.

En una entrevista en video, además, se escucha al Secretario decir que aunque en el Distrito Metropolitano ya se registran más casos confirmados de coronavirus que en Guayaquil, “hay 10 veces menos muertes que en Guayaquil, porque la carga viral ha sido mucho menor” en la capital.

Este viernes 7 de agosto del 2020, EL COMERCIO conversó al respecto con el catedrático, epidemiólogo y médico tratante de covid-19, Byron Núñez, quien explicó que la carga viral no se relaciona con el número de muertes por coronavirus.

La carga viral –explicó Núñez– consiste en la cantidad del virus en la sangre o en los líquidos biológicos. Esto –enfatizó– “no tiene nada que ver con el aire que respira la gente”.

En el caso de Guayaquil, el especialista señala que lamentablemente no sucedió nada que haya sido producto de acciones tomadas por las autoridades. Se trata, dijo, de la evolución natural de la curva de contagios. “En Guayaquil se infectó casi la mitad de los guayaquileños, entre 30 a 50%. Al estar contagiado ese alto porcentaje, el efecto rebaño se hace presente; las personas que tienen anticuerpos, inmunidad por infección previa, con o sin síntomas, van frenando la transmisión comunitaria. No es por una medida tomada”.

Un informe técnico sobre el procesamiento de muestras, a cargo de la Secretaría de Salud del Municipio de Quito, reveló que 8 de cada 10 contagiados no presentan síntomas. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO

En Quito –explicó Núñez– el fenómeno es diferente. El porcentaje de mortalidad -dijo- disminuye debido al aumento del número de exámenes o test realizados. Otra razón es un mejor manejo, anotó.

El médico especialista en epidemiología e infectología señaló que no está de acuerdo con que el secretario Roldán “hable de ciencia médica sin conocerla, por el simple hecho de ser una autoridad”.

En Ecuador –explicó Nuñez–, lo que está sucediendo es una evolución natural de la pandemia. Esto –dijo– porque no se toman acciones de supresión mayor, como buscar enfermos asintomáticos y aislarlos tanto a ellos como a sus contactos. “En la evolución natural, cuando hay una cantidad importante de gente en riesgo, la curva se vuelve explosiva (el llamado pico), como pasó en Guayaquil.

La vigilancia epidemiológica –señaló el catedrático– es una debilidad que se ha puesto en evidencia en el país. El médico señala que el hecho de que el secretario Roldán diga que los contagios continuarán hasta que la mayoría de las personas tenga el virus, significa que se espera inmunidad de rebaño, con el fin de que mientras la población se infecte más, disminuya la transmisión.

La inmunidad de rebaño –indica Núñez– se alcanza cuando dos tercios de los habitantes de una comunidad, es decir el 67%, ya se han infectado. “La transmisibilidad de contagios disminuye de manera natural, sin hacer nada. Lo único que se hace es mitigación, evitando que mueran muchas personas y para eso son las camas en hospitales. Es el reflejo de un país en vías de desarrollo”.

Sin embargo, el especialista apunta que se deberían usar los mecanismos para disminuir el impacto en todos los sentidos. El mejor método para controlar la epidemia son las medidas de supresión: captar los casos, aislarlos y rastrear a los contactos.

“Se habla de que el Municipio (de Quito) captó a 2 650 asintomáticos. Muy bien, felicitaciones, la pregunta es, ¿están aislados?, ¿están rastreados los contactos de esos 2 650 casos asintomáticos? Por cada caso son entre 20 y 40 contactos. Dejando en 20, ¿será que 52 000 personas están vigiladas? Ecuador no tiene la capacidad técnica ni humana para hacer eso”.

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