Cuando la pandemia llegó a Ecuador, Esteban iba a cumplir dos años. Diana, su madre, tenía pensado hacer una gran fiesta para su hijo con toda la familia y amigos, pero no se reunieron.
Para su tercer cumpleaños, en mayo del 2021, Diana se animó a celebrarlo solo con los miembros de su familia, su hija mayor, de 10 años, y su esposo. “En todo este tiempo nos cuidamos bastante y no nos hemos contagiado, mi esposo y yo ya nos vacunamos y Carlita también, por lo que nos sentimos más seguros”, dice la mujer de 36 años.
Sin embargo, señala que desde enero pasado escuchó que muchos niños se estaban contagiando de covid-19 y siente temor porque su hijo no está vacunado. Diana comenta que lo deja cuatro horas diarias en un centro infantil cerca de su casa y de esa manera se ha organizado con su trabajo desde el hogar.
“En el lugar que lo dejo no ha habido contagios, pero a una siempre le preocupa y más aún si no tiene la vacuna”, comenta.
Ella se siente contenta porque desde el 15 de febrero su hijo, que este año cumple cuatro, ya podrá recibir las dosis contra la enfermedad. “Eso es un alivio y de alguna manera me siento más tranquila”, asegura.
Para el expresidente de la Sociedad Ecuatoriana de Pediatría, Fernando Aguinaga, es necesario avanzar a una nueva normalidad no solo con los adultos sino también con los niños por lo que la vacuna en este grupo etáreo es clave.
El especialista menciona que una de las formas de lograr un retorno seguro de los niños y niñas a las instituciones educativas es con la inmunización. Señala además que con la ola de contagios que vivió el país con Ómicron, desde diciembre del 2021, muchos niños se infectaron y en algunos casos la enfermedad se agravó.
“La mayor transmisibilidad de la variante Ómicron causó que muchas personas se contagien, incluidos niños pequeños que no estaban en el rango de edad para vacunarse”, señala Aguinaga.
El pediatra señala que la situación que vivió el Ecuador con la nueva variante habría sido distinta sin la vacuna. Menciona que mucha gente murió y los hospitales colapsaron en la primera ola, situación que mejoró con la vacuna. “La mayoría de casos fueron leves y los servicios sanitarios no colapsaron”.
Para el presidente del Colegio de Médicos de Pichincha, Víctor Álvarez, la vacunación en los menores de 3 y 4 años de edad es positiva ya que también es un grupo de riesgo que se vio afectado con el pico de Ómicron.
Resalta además que la inmunización permitirá un retorno de clases más seguro y de a poco ir reactivando distintas actividades en el país.
El epidemiólogo Mauricio Espinel coincide con los especialistas en que hay que cubrir con la vacuna a la mayor parte de la población. Menciona que, en medio de una baja de contagios sostenida desde mediados de enero tras la ola de Ómicron, la población escolar sin vacunar es un riesgo debido a que pueden existir procesos de brotes de la enfermedad en donde se reproduce el virus y podría mutar.
“El problema con un cambio en el virus o una mutación es que no sabemos hacia dónde va, puede ser hacia su propia destrucción o potenciarse para hacer más daño y transmitir mejor”, señala Espinel.
La vacunación para los niños de tres y cuatro años se inicia este 15 de febrero. El Ministerio de Salud detalló en un comunicado que este proceso arrancará de forma progresiva en Quito, Loja, Zamora y Machala. En el resto del país comenzará el lunes 21 de febrero.
A este grupo se le administra el biológico chino de Sinovac con un intervalo de 28 días. Las autoridades sanitarias señalan que estas vacunas son seguras en la población pediátrica y como efectos secundarios lo que más se ha registrado es dolor del brazo y malestar general.
Uso de mascarilla en exteriores
La ministra de Salud, Ximena Garzón, aseguró en una entrevista que, a finales de marzo o principios de abril, cuando el país llegue a una positividad viral debajo de los cinco, se podrán relajar las medidas de bioseguridad como el uso de la mascarilla en espacios abiertos como ocurre en algunos países europeos.
Esta posibilidad se da en medio de una mejora en la situación epidemiológica en el contexto de la pandemia. Según las autoridades de Salud, Ecuador muestra una clara tendencia sostenida a la baja de casos de covid-19, tras la ola de la variante de Ómicron.
La disminución se evidencia tanto en los contagios, en la atención de casos confirmados por la enfermedad y en la ocupación hospitalaria.
En la entrevista Garzón puntualizó que si el ritmo de vacunación se mantiene “tal vez a finales de mayo seamos el primer país de Latinoamérica libres de covid-19”.