Cuando tener hijos no es una prioridad

Dayana Obando y Kevin Portugal (izq.) viven juntos hace 2 años y se dedican a sus negocios propios. La penalista Paulina Araujo celebró el cumpleaños 11 de su perro Terry (lazo).

Por decisión personal y convicción, Paulina Araujo está resuelta a no tener ‘hijos humanos’. A los que considera su familia directa y de convivencia diaria son Terry y Noelia, sus perros de 11 y 10 años, respectivamente.
“Nunca quise ser mamá, me jala mucho mi lado profesional”, cuenta esta abogada penalista, que cumplirá 40 este año. Sus prioridades son estudiar, enseñar, investigar.
Ha escrito 10 libros y está por terminar su quinto posgrado. Eso es lo que más le interesa y entusiasma. Sobre ser mamá, comenta que al convivir con el dolor humano y las conductas más atroces sería en extremo sobreprotectora.
De todos modos, la maternidad no ha sido uno de sus propósitos de vida desde que la abogada tiene memoria. Asegura que siempre ha defendido su libertad y luchado por su realización personal.
Por eso, esta mujer se ha enfrentado con prejuicios sociales. “Mi familia seguro quiso verme casada y con hijos. El tiempo les ha hecho comprender que cada uno tiene un proyecto de vida distinto”.
Según los datos de fecundidad del INEC, las mujeres pasaron de tener más de seis hijos entre 1970 y 1975, a menos de tres entre el 2010 y el 2015. Para el 2050, las proyecciones indican que serán menos de dos.
Para Wagner Villacís, docente de la Facultad Psicología de la Universidad de las Américas (Udla), la forma de encontrarle un sentido a la vida cambia. Mientras antes la estructura familiar se entendía con hijos, las generaciones actuales contemplan la posibilidad de no tenerlos.
Se trata de un cambio social -indica Villacís- con un modelo actual que ya no plantea la paternidad como una obligación, sino como una opción.
“La población joven tiene una posición más crítica. Prioriza aspectos como la realización personal, profesional y la vida de pareja. La opción de criar hijos pasa a un nivel casi secundario, se podría decir”.
Así lo ven Dayana Obando y Kevin Portugal, quienes viven juntos desde hace dos años. A sus 27 años, ambos tienen sus propios negocios y la expectativa de viajar por el mundo.
Aunque la pareja no descarta la posibilidad de tener hijos en algún momento, cree que antes es necesario establecerse no solo económicamente sino también en lo emocional.
No quieren traer un hijo al que no puedan dedicar el tiempo necesario o darle estabilidad. Dayana piensa muchas veces en el tema y le preocupa la violencia en la sociedad. Además, reitera que le encanta dedicar su vida a ella y que al tener hijos su tiempo ya no sería 100% propio.
Según el INEC, la población joven representa el 22% del total del país y corresponde a las personas de entre 18 y 30 años. Se considera adultos a quienes tienen entre 31 y 64.
Daniela De la Cueva tiene 27 años. Entre sus primas es la única que sigue soltera y no tiene hijos. Tampoco planea ser madre. Para ella pesa más su realización profesional. Considera que la felicidad no está en los hijos sino en la posibilidad de compartir la mayor cantidad de experiencias posibles con su pareja.
El psicólogo Villacís considera que la posición que mantienen los jóvenes también es producto de la experiencia que traen de casa. La familia -explica- ya no es solo un sinónimo de amor, sino que también se incorpora una reflexión a partir de las cosas negativas.
Si la experiencia -reflexiona- ha nutrido a la personalidad, posiblemente el joven vea la familia como algo positivo, pero si hay experiencias negativas, con violencia o maltrato se genera otro tipo de sentido y organización familiar.
Daniela Chaguaro y Sebastián Almendariz, de 29 y 27 años, respectivamente, no descartan del todo ser padres algún día. Pero no han establecido una fecha para eso.
Para ambos es un tema que implica mucha responsabilidad. Creen que es necesario despojarse de personalidades y actitudes que puedan trasladarse a los hijos. Disfrutan con su negocio de venta de ropa en línea y se enfocan en la tesis de maestría que realizan juntos.
Un estudio realizado en Europa nombró ‘sinkies’ a las parejas sin planes de tener hijos. La especialista europea María Teresa López indica que es el peso de las condiciones económicas, lo que obligaría a los más jóvenes a decidir entre subsistir o criar hijos.
El término ‘sinkies’ es un acrónico de vocablos ingleses: Single, Income, No Kids, solteros, con ingresos pero sin hijos.