Cuencana fue mordida por su mascota y decide quedarse con ella

Pese a que Samuel atacó a María José Machado, ella decidió no sacrificarlo y quedarse con él. Foto: Xavier Caivinagua/ EL COMERCIO.

Pese a que Samuel atacó a María José Machado, ella decidió no sacrificarlo y quedarse con él. Foto: Xavier Caivinagua/ EL COMERCIO.

Para la cuencana María José Machado, deshacerse de su mascota, un perro labrador de tres años, nunca fue una opción, a pesar de que a mediados de junio este le mordió en el rostro. Su historia conmovió a sus amigos, quienes incluso habían sugerido que lo sacrifique.

Con una foto que compartió en su muro de Facebook, en la que aparece ella junto a su perro, contó lo que había ocurrido y las razones para quedarse con él. Una noche, ella se acercó a saludarlo mientras dormía, pero el animal la mordió en el rostro a la altura del ojo, lo que le provocó una cirugía de emergencia, que requirió de 21 puntos.

Ella decidió compartir su historia para demostrar que el perdón entre un humano y su perro también es posible. Así lo sintió una semana después de lo ocurrido, cuando ‘Samuel’, como se llama su mascota, la recibió con muestras de afecto. “Entró sumiso, se acercó despacio, temeroso, porque nunca fue agresivo”, cuenta.

Ella es defensora de los animales, por eso, desde el principio pensó que la mordida que recibió del animal no fue una agresión, sino “una reacción natural de alerta porque el perro quizá se sintió amenazado”.

Por eso también le sorprendió la reacción de sus familiares y amigos, que le sugirieron separarse de él o sacrificarlo. El veterinario Gino Espinoza cree que la decisión que tomó Machado es correcta. Dice que el comportamiento de un animal depende mucho de cómo ha sido educado. “Hay razas que por su naturaleza, como el labrador, pueden reaccionar mal cuando sienten peligro, pero lo principal es cómo su dueño los cuida”, asegura.

‘Samuel’ tiene tres años y está con ella desde que era un cachorro, fue el regalo de cumpleaños que recibió de su novio, Blasco Moscoso. Es un animal entrenado y convive con la familia. Nunca ha agredido a nadie y ellos están convencidos de que no volverá hacerlo.

Moscoso se ha encargado de entrenarlo. Samuel obedece las órdenes que recibe, sabe sentarse, esperar por la comida y otras directrices. “La solución cuando un animal se porta mal no es el maltrato, por cosas menores a lo que nos pasó, hay perros que han sido sacrificados”, dice.

Es muy común que los perros que agreden a sus amos sean separados del hogar e incluso sacrificados. Aunque hay ocasiones en las que la agresividad ha sido fomentada por los mismos dueños, dice Moscoso. Otras causas de agresión pueden ser la defensa del territorio o la protección a su dueño.

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