Ministra de Educación, María Brown, anuncia censo de niños y adolescentes en ‘puntos de encuentro’

La ministra María Brown fue profesora de educación inicial, desde el martes ya atiende en el despacho. Foto: Cortesía

La ministra de Educación, María Brown, tiene una hija de 5 años. Julia estuvo en clases telemáticas en el segundo quimestre del ciclo anterior y no se adaptó. Le buscaron otra alternativa, con una maestra que va a su casa unos días, está aprendiendo a leer y a escribir.

Su experiencia como madre -cuenta- le lleva a plantear la flexibilización de la educación. “Quisiera que todos tengan acceso a opciones”. El miércoles 26 de mayo del 2021, dos días después de su posesión en el gobierno de Guillermo Lasso, dialogó con EL COMERCIO.

Padres de chicos en teleeducación opinan: no quiero que pasen tantas horas frente a la computadora, oyéndole al profesor. Pero lo mismo sucedía en lo presencial. ¿La covid-19 empuja a replantear el sistema?

Esa es la reflexión de la mayoría de familias. Han podido ver de primera mano cómo se lleva una clase, qué están aprendiendo sus hijos; se involucran, para no caer en eso de casi depositarlos en la institución y esperar a recogerlos en el bachillerato, como si se tratara de un producto de un banco, con intereses. Hay un vínculo creado y no podemos perder eso. Nos ha ayudado a ver la diversidad de entornos rurales, urbano marginales, con baja conectividad.

¿Qué conclusión les deja?

Una sola estrategia no funciona para todos. El sistema debe dar opciones más flexibles, pero sobre todo adecuadas a esa diversidad, no podemos plantear un único modelo. Pienso en estudiantes deportistas de alto rendimiento; su situación es distinta a los de la Amazonía. ¿Y cómo abordar eso? Siempre dependerá de los docentes, son quienes pueden transformar la educación y debemos acompañarlos y trabajar con las universidades, para que en su formación se incluyan criterios para atender a la diversidad.

Estamos en emergencia sanitaria, pero también educativa. ¿Cómo resolver esa encrucijada?

El primero de los cinco ejes de trabajo del Ministerio es la reactivación de instituciones. Implica un ‘Encontrémonos’, con la participación de brigadas nacionales de docentes, que estarán en ‘puntos de encuentro’, como esos sitios a los que nos piden acercarnos en caso de emergencia. En los primeros cien días de gobierno esperamos que todos los niños y adolescentes del país hayan acudido a uno de ellos.

¿Dónde estarán?

Serán espacios cercanos a la comunidad, no solo planteles, también otros sitios públicos, centros deportivos, con zonas abiertas, para trabajar en condiciones de bioseguridad.

¿Qué pasará en esos puntos de encuentro?

Se convocará a todos los niños que estén registrados en planteles públicos, privados y fiscomisionales; a quienes ya no estén conectándose, y a los que nunca fueron inscritos. Vamos a tener voluntarios, personal de los ministerios de Salud, Educación y Deporte; estudiantes de esas carreras y de Psicología. Queremos identificar condiciones de bienestar, si están sanos, bien alimentados, vacunados. Allí empezaremos con una primera contención. Además haremos un diagnóstico sobre su situación educativa, si están en clases virtuales, si usan la televisión, la radio; si han adquirido habilidades de comprensión lectora y pensamiento matemático. Buscamos que sea un registro censal. Habrá también actividades lúdicas dirigidas.

¿Se puede volver a clases presenciales?

Hay que aclarar que el regreso a lo presencial no podrá hacerse como ocurría en los meses previos. Habrá semipresencialidad, con aforos reducidos, unos días, en donde sea posible. Más que nada nos enfocaremos en la ruralidad. Los padres tendrán opciones y el Ministerio les garantizará el derecho a elegir. Mientras tanto esos puntos de encuentro podrían ser espacios para tutorías, nivelaciones.

Hoja de vida

Entre 2013 y 2015 trabajó en el Ministerio de Educación; fue asesora del Viceministro; Subsecretaria de Educación Especial e Inclusiva y luego de Fundamentos. En la Unesco estuvo desde el 2016 hasta antes de aceptar este reto. Fue oficial de educación para Bolivia, Colombia, Ecuador y Venezuela. Y directora adjunta.

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