Un centro con aval internacional vigila los virus respiratorios en Ecuador

Denisse Portugal

Denisse Portugal

Marixa Olmedo realiza una extracción de virus. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO

Cada año llegan cerca de 7 000 muestras de virus de influenza al Centro de Referencia Nacional de Influenza y otros Virus Respiratorios. El laboratorio principal se ubica en Guayaquil, donde se confirmó la semana anterior el diagnóstico de un oficial de la Marina que falleció a causa del subtipo AH1N1; el virus agravó otros problemas de salud subyacentes que padecía el hombre de 64 años.

El centro, que cuenta con laboratorios satélites en Quito y Cuenca, es parte del Instituto Nacional de Investigación en Salud Pública (INSPI) y tiene aval internacional. La subsecretaría Nacional de Vigilancia de la Salud, Inti Quevedo, aseguró que sus resultados han sido 100% verificados por organismos externos, entre ellos los Centros para el Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC). Además está vinculado a la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Alfredo Bruno, responsable del Centro de Referencia Nacional, explica que trabajan en la vigilancia de distintos virus respiratorios que circulan en el país. No solo monitorean la influenza, también hacen seguimiento de casos de adenovirus, virus sincicial respiratorio, parainfluenza I, II y III, y metapneumovirus, que suelen afectar a menores de 5 años de edad.

Además desarrollan investigaciones sobre el genoma del virus de influenza. Doménica de Mora es investigadora asociada al centro y explica que recurren a métodos de biología molecular para detectar posibles mutaciones. “Hasta ahora las modificaciones son mínimas y no han afectado al virus”, afirma. Este proyecto de vigilancia genética de influenza lo ejecutan junto a otros seis países de América Latina para el intercambio de probables alertas.

Ecuador es parte de una red global de vigilancia

Desde 2007 el Centro de Referencia Nacional para Influenza es parte del Sistema Global de Vigilancia y Respuesta a la Influenza, de la OMS. Esta red monitorea la circulación del virus a escala global. Un informe publicado la semana anterior reportó una baja actividad en la región que incluye a Ecuador, entre el 11 y 20% según las muestras investigadas y que resultaron positivas.

Denisse Portugal lleva a cabo una separación de virus. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO

Como parte de la vigilancia, Bruno explica que el centro trabaja en articulación con 15 hospitales del país, denominados centinela. El Hospital Naval de Guayaquil, donde fue atendido el oficial de Marina, es uno de ellos. Todos cuentan con Unidades de Cuidados Intensivos para la atención de infecciones respiratorias agudas graves (IRAG).

Los análisis se aplican a muestra de hisopado nasal de los pacientes. Estas son enviadas al centro bajo parámetros de bioseguridad y en los laboratorios son procesadas para obtener el ARN del virus. Con ese material genético realizan las pruebas de RT-PCR en tiempo real, un estudio molecular que se efectúa con reactivos, en un termociclador, y que puede arrojar resultados en dos horas.

Según reportes de la Dirección Nacional de Vigilancia Epidemiológica, entre noviembre de 2018 y mayo de 2019 se confirmaron 366 casos de influenza en Ecuador. 24 resultaron positivos al subtipo AH1N1, 297 por el subtipo AH3N2 y 45 por influenza tipo B.

Todos estos subtipos son considerados endémicos en el país. Generalmente, no causan complicaciones pero pueden producir cuadros críticos en embarazadas, menores de 5 años, mayores de 65 años de edad y personas con enfermedades crónicas.

Ecuador tiene dos picos claros de circulación de influenza: de diciembre a febrero y de agosto a octubre. Y según las estadísticas más recientes del Ministerio de Salud hay una mayor incidencia en Pichincha, Guayas y Chimborazo.

Las condiciones climáticas inciden en la propagación de la influenza. Por estos días Guayaquil experimenta bajas temperaturas. Esa sería una de las causas de otros tres casos del virus AH1N1 en estudiantes de un colegio particular de la ciudad. Como prevención, las clases fueron suspendidas en el curso al que asisten los adolescentes.

El centro, que cuenta con laboratorios satélites en Quito y Cuenca, es parte del Instituto Nacional de Investigación en Salud Pública (INSPI) y tiene aval internacional. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO

El primer caso de AH1N1 se reportó en mayo de 2009 en Guayaquil, durante la pandemia mundial. Bruno, de Mora y otros especialistas del entonces Instituto Nacional de Higiene y Medicina Tropical Leopoldo Izquieta Pérez confirmaron el caso mediante pruebas moleculares. Hoy, diez años después, el Centro de Referencia Nacional aún conservan algunas muestras de esa época para futuras investigaciones.

Tras la pista de nuevos virus respiratorios

Para adelantarse a los posibles efectos letales de un virus nuevo, el responsable del Centro de Referencia explica que desde el próximo año implementarán un programa de vigilancia de enfermedades tipo influenza (ETI), que se ampliará a otros centros de salud. “Son personas que no tienen un cuadro clínico grave, que serán captadas apenas empieza la sintomatología para detectar de forma más temprana la circulación viral en el país”.

Los análisis de este centro contribuyen además a la creación internacional de vacunas cada año. En promedio envían a la OMS los resultados de 30 y 40 muestras, con un análisis genético detallado.

“Seleccionamos las muestras más representativas: de pacientes fallecidos, algún comportamiento inusual del virus, de distintos grupos etarios, diferentes tipos y subtipos de influenza”, puntualiza Bruno.

Con ese material, expertos de la Organización Mundial de la Salud se reúnen en febrero y septiembre para definir las fórmulas que se utilizarán para inmunizar a la población en el hemisferio norte y en el sur.

“Y en base a esa información científica y epidemiológica el país analiza cuál es la estrategia que aplicará localmente. Por ahora estamos usando la formulación de la vacuna del hemisferio norte”.

El Centro de Referencia Nacional de Influenza y otros Virus Respiratorios fue certificado por el Servicio de Acreditación Ecuatoriano (SAE). También ha sido seleccionado por el Instituto Nacional de Salud de Perú como laboratorio de derivación en el análisis de muestras de diagnóstico. Y ha dado soporte técnico y científico a República Dominicana para la implementación de un laboratorio de biología molecular para la detección de influenza.

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